Cuándo y cómo pasar al bebé de la cuna a la cama

Cuándo y cómo pasar al bebé de la cuna a la cama

Escrito por: Maite Nicuesa    8 abril 2019    5 minutos

No es una buena idea iniciar este proceso de transición para pasar de la cuna a la cama justo en el momento en el que el niño da la bienvenida a un hermanito

El descanso es uno de los ingredientes de bienestar y felicidad que describe la experiencia del ser humano en las distintas etapas de la vida. Sin embargo, la experiencia del descanso adquiere su verdadero significado desde la atención a las necesidades concretas de cada etapa. Como padre o madre puedes observar cómo el cambio forma parte de este viaje familiar. Un cambio que en el contexto concreto del sueño también puede identificarse a través de la llegada de momentos significativos como el paso de la cuna a la cama.

No existe una respuesta exacta sobre cuándo es el momento oportuno para que el niño protagonice este proceso ya que esta respuesta no tiene tanto que ver con un dato específico del calendario, sino con el tiempo interno del protagonista. Es importante que se sienta seguro y preparado para vivir este momento. Pero también existe un aspecto relacionado con este cambio que está motivado con el propio crecimiento. Y es que, puede llegar un momento en el que el niño no está cómodo en el espacio presente en la cuna.


Dormir En Cuna

Cuándo pasar de la cuna a la cama

A partir de esta observación y del propio comportamiento que el niño muestra en la cuna puedes observar si ya ha llegado el momento de dar este nuevo paso que no debe estar condicionado por la prisa, sino con la paciencia. Con frecuencia, este momento de cambio se produce cuando el niño ya ha cumplido los dos años. Si tu hijo tiene una rutina de sueño de calidad y descansa feliz en su cuna, es muy probable que todavía no haya llegado su tiempo para vivir este paso. Es recomendable que el niño ya tenga autonomía para caminar.

Este proceso de cambio no debe interpretarse desde el punto de vista de un ciclo automático e inmediato sino desde una planificación gradual en el que cada paso supone un logro más en el objetivo a alcanzar. En todo proceso de cambio existe una distancia que separa el punto de inicio del punto de llegada. En este escenario en concreto, acompaña a tu hijo en la motivación de este cambio que está marcado por la ilusión de estrenar un nuevo espacio de descanso.

Cama Bebes

Elección de la cama

Existen algunos aspectos de decoración que pueden formar parte de este momento. Por ejemplo, la elección de una cama que aunque diferente puede guardar algún tipo de característica común con la cuna. Una idea es situar la cama junto a la pared para que este límite haga de protección a un lado del colchón, también puedes utilizar barreras de cama que ofrecen un mecanismo de apoyo en este tiempo de adaptación al cambio. El diseño de este tipo de barrera que tiene una finalidad funcional protege la seguridad del niño mientras duerme al minimizar el riesgo de caída cuando se encuentra inmerso en este proceso de integración a esta nueva realidad.

A través de la comunicación en torno a este tema, intenta transmitir al niño esta información sobre este cambio vista desde la perspectiva de la ilusión. La elección de una cama baja favorece la independencia del niño en su nuevo espacio. También puedes acompañar esta zona de descanso de la presencia del muñeco favorito del bebé. El bebé necesita familiarizarse con este nuevo lugar, por ello, la primera semana es especialmente significativa en este ciclo. Las dificultades pueden prolongarse más allá de este plazo porque cada niño tiene su propio ritmo.

Los diseños de camas infantiles son especialmente prácticos, pero además, pueden tener una estética muy original en su imagen. Si es posible, puedes situar la cama en el espacio en el que antes estaba la cuna, si el niño dormía en otra habitación, ya que el bebé está familiarizado con ese lugar.

Descanso Bebe

Mantenimiento de una rutina previa al sueño

Al pasar de dormir en la cuna a la cama se produce un cambio en el espacio de descanso del niño. Un cambio que puede reforzarse por medio del mantenimiento de la rutina previa al sueño mantenida durante la etapa anterior. Es decir, no se trata de vivir este momento como un punto y aparte sino como una continuación. Por ejemplo, si antes leías un cuento al bebé antes de acostarse, este tiempo de lectura también debe estar presente en este nuevo capítulo.

De este modo, encuentras el equilibrio entre el cambio y la seguridad que ofrece la referencia de la zona de confort habitual. Esta es una de las razones por las que tampoco es una buena idea emprender este proceso en un momento en el que el niño ya está experimentando otros cambios. Una perspectiva, la del cambio, que no solo puedes interpretar desde la empatía con las necesidades del bebé sino con tu propia situación personal ya que tú también acompañas a tu hijo en este momento. Es positivo que estés preparado para la manifestación de la resistencia al cambio que el niño puede expresar en este momento al mostrar su deseo de dormir en la cuna, por ejemplo.

La decisión de pasar de la cuna a la cama siempre debe partir de la atención personalizada a las necesidades del niño, sin embargo, a veces puede darse la circunstancia de que este proceso comienza motivado por un cambio en las circunstancias familiares: la llegada de un nuevo miembro a la familia. Sin embargo, no es recomendable proceder de este modo ya que el niño puede establecer una asociación entre este hecho y la consecuencia de este cambio.

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