Crisis de los 10 años en parejas con hijos: causas y consejos

Un periodo de crisis puede convertirse en una experiencia de superación que fortalece la comunicación de pareja. Sin embargo, no es fácil hacer frente a las dificultades que surgen en una etapa de incertidumbre a nivel sentimental. Aunque el amor no tiene la precisión de una ecuación matemática, existe un dato que, con frecuencia, marca un punto de inflexión en las relaciones: la crisis de los 10 años (que también puede darse en parejas que no han ampliado la familia).

Sin embargo, en este artículo profundizamos en las causas y variables que influyen en aquellas parejas que tienen hijos.

Causas de la crisis de los 10 años en parejas con hijos

La crisis que se contextualiza en este periodo está muy vinculada con la maternidad y la paternidad, aunque puede materializarse desde distintos ángulos. En ocasiones, coincide con la llegada del segundo o tercer hijo (y las dificultades que esta circunstancia produce en la crianza, la gestión del tiempo y la conciliación).

En otros casos, surgen diferencias de criterio significativas en torno a la crianza y educación de los hijos. El rol de padres parece eclipsar y dejar en un segundo plano el vínculo sentimental (los momentos de intimidad se reducen y los planes para dos quedan en un segundo plano).

A veces, surge una distancia significativa entre las expectativas depositadas en esta etapa y la realidad en sí misma. La crisis de los 10 años avanza al paso de la rutina, el cansancio, la falta de tiempo para uno mismo… Es decir, la dificultad no solo reside en la pérdida de intimidad con el otro, sino en la sensación que puede tener una persona que quiere desarrollarse más allá de su faceta como padre o madre (pero las exigencias del día a día no facilitan el desarrollo de nuevas actividades y experiencias).

Cómo superar la crisis de pareja de los 10 años: consejos para parejas con hijos

Para superar la crisis de los 10 años conviene profundizar en varios aspectos. Es importante tomar la iniciativa para conectar con la pareja a través de la planificación de citas y momentos para dos. Los imprevistos suelen ser habituales en la gestión del tiempo en un hogar con hijos. Pues bien, es importante asumir un compromiso firme con los momentos de pareja para no anular una iniciativa ante el menor inconveniente.

Aunque las sensaciones de la crisis de los 10 años pueden potenciar el pesimismo y el desánimo, es fundamental recordar que la crisis no tiene por qué ser sinónimo de ruptura. Es probable que puedas poner en perspectiva otras etapas complejas que has afrontado anteriormente. Busca diferentes alternativas, no te encierres en la interpretación lineal de la historia. La interpretación lineal, con frecuencia, es el reflejo de una visión en forma de túnel.

Es importante profundizar en el proyecto de vida compartido en familia para fortalecer las bases, los acuerdos y los valores. Es consecuencia, es aconsejable revisar objetivos, actualizar metas y avanzar hacia ellas desde la colaboración. Una crisis de pareja puede convertirse en una lección de humildad para quienes son conscientes de que necesitan ayuda para mejorar la comunicación o compartir un mismo estilo de crianza. Hay muchos profesionales especializados en psicología y educación que acompañan y guían (pero en ningún caso pueden asumir la responsabilidad de la propia pareja en la superación de la crisis).

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