Creencias limitantes en la crianza: 5 consejos para superarlas

Las creencias limitantes condicionan el potencial del ser humano en diferentes ámbitos de la vida. Por ello, también pueden irrumpir tras el nacimiento de un hijo. Hacen referencia a esa afirmación que se convierte en verdad a partir de la repetición, aunque no esté contrastada con argumentos objetivos. Como su propio nombre indica, es un tipo de creencia que está directamente vinculada con el concepto de límite. Pero, con frecuencia, se trata de limitaciones que el propio padre se impone a sí mismo. Son mensajes repetidos, que irrumpen de manera recurrente en distintos momentos. Además, poseen un tono negativo. ¿Cómo superar aquellos pensamientos que interfieren de forma negativa en la crianza?

1. Date el permiso necesario para cambiar de opinión

Como hemos comentado, las creencias limitantes parecen tener un carácter absoluto. De hecho, pueden comenzar con mensajes del tipo “siempre”, “jamás”, “todo” y “nunca”. Son palabras que parecen no dejar espacio a otras posibles alternativas. Sin embargo, tú amplías tu realidad cuando te abres a la posibilidad de cambiar de opinión.

Que una idea limitante te haya acompañado durante un tiempo de tu pasado, no significa que tenga que seguir formando parte de tu vida. Es decir, puedes tomar la decisión de desprenderte de ella.

2. Identifica las influencias que alimentan las creencias negativas

Es positivo que una persona intente comprender qué hay más allá de una idea limitante. Por ejemplo, quizá ha interiorizado mensajes similares que escuchó en su infancia, adolescencia y juventud en distintas personas del entorno más cercano. En ese caso, sucede que ha hecho propios esos pensamientos. Pero tienes la posibilidad de romper esa dinámica al relativizar esa información o al distanciarte de ella.

3. Haz menos caso a una creencia limitante

La influencia de una creencia limitante en la crianza no desaparece de forma repentina. Cuando has alimentado una idea durante mucho tiempo, te has familiarizado con ella. En cierto modo, esa influencia se ha hecho más grande. Pero es posible recorrer el proceso opuesto. Es decir, existe la posibilidad de marcar una distancia con la creencia limitante al no hacerle tanto caso.

4. Escribe las creencias limitantes para observarlas con más distancia

Una misma creencia puede percibirse desde un punto de vista distinto cuando se contempla con cierta distancia o cuando se vive en primera personal. Pues bien, la escritura emocional proporciona herramientas clave para visualizar sobre el papel esas ideas recurrentes. Generalmente, las creencias limitantes irrumpen de un modo tan automático, que la persona no se da el tiempo necesario para profundizar en ellas. La escritura, por el contrario, te ofrece una pausa distinta.

5. Busca un mensaje opuesto que contenga una idea potenciadora

Continuando con el ejercicio de escritura comentado previamente, una vez que has identificado la esencia de las ideas que se repiten con más frecuencia, puedes profundizar en ellas. En ese caso, transforma la afirmación original en una oración diferente: aquella que, por el contrario, alimenta la capacidad personal, la resiliencia, la adaptación al cambio y el autoconcepto.

Las creencias limitantes sobre la crianza pueden comenzar del siguiente modo: «es imposible», «no soy capaz«, «ya sé lo que va a pasar» o «tengo que».

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