Crece el sedentarismo en los niños: consejos para prevenirlo
El sedentarismo afecta de forma negativa a la salud física y emocional. Sin embargo, el grado de inactividad ha aumentado en los niños. Un hecho que queda de manifiesto cuando se pone en perspectiva el estilo de vida actual y el día a día de generaciones anteriores. A su vez, las familias han experimentado un verdadero punto de inflexión con la irrupción de la pandemia. En este contexto, las circunstancias externas han reforzado la tendencia hacia el sedentarismo. Así lo explica el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría que aporta varias recomendaciones saludables para adoptar un estilo de vida activo.
Las sugerencias aportadas se dirigen a profesionales que acompañan a niños y adolescentes en el aprendizaje de hábitos saludables: profesionales de la salud y, también, perfiles cualificados que cuentan con la titulación de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Y los consejos indicados se centran en las necesidades de quienes tienen entre 5 y 17 años.
1. Tiempo recomendado
¿Durante cuánto tiempo es aconsejable realizar una actividad física de forma moderada cada día? El tiempo aproximado es de 60 minutos en los que es posible combinar actividades con distinto nivel de intensidad. Además, es aconsejable integrar el ejercicio físico en las experiencias de la rutina diaria. Por ejemplo, subir las escaleras, pasear hasta el centro escolar, utilizar la bicicleta o asistir a actividades extraescolares de temática deportiva son algunas opciones a tener en cuenta.
2. Alinear las condiciones de la actividad con las necesidades individuales
La práctica de ejercicio físico es saludable desde un punto de vista general. Sin embargo, es esencial adaptar la actividad a las necesidades y circunstancias particulares de cada niño. Del mismo modo, el ejercicio debe llevarse a cabo en un entorno perfectamente seguro. Es positivo disfrutar del tiempo de ocio y entretenimiento. Pero, para ello, hay que planificarlo de forma consciente. Por ejemplo, es preciso utilizar material de protección durante la realización de algunos deportes.
3. Unir el ejercicio físico y la diversión
Además de integrar la práctica de ejercicio en las actividades del día a día, es aconsejable apostar por fórmulas que propicien la diversión y el compañerismo. Los planes de grupo y las dinámicas realizadas en contacto con la naturaleza son especialmente apetecibles.
4. La implicación familiar es clave para inspirar a los niños
Los profesionales titulados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte tienen formación y experiencia en esta materia. Pero la implicación de las familias es esencial para cultivar hábitos saludables durante la infancia. Es el periodo de tiempo en el que los niños adquieren otras rutinas positivas. Descubren, por ejemplo, las técnicas de estudio, el hábito lector y otras formas de cuidado personal. También aprenden hábitos de alimentación saludable. El valor de los ejemplos mencionados adquiere un significado esencial más allá de la infancia.
Ten en cuenta que muchas de las costumbres adoptadas en esta fase se mantienen y se consolidan en la etapa adulta. Por ello, la práctica de la actividad física transmite valores saludables para un estilo de vida activo.
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