La creatividad: otro alimento vital para nuestro bebé

Los seres humanos nacemos con una capacidad innata para la creación. La creatividad nace con nosotros y se manifiesta, de muy diferentes formas, desde la más temprana edad. De hecho es muy fácil encontrar como nuestros bebés, aplicando la creatividad, son capaces de enfrentarse a situaciones cotidianas dándoles su propia versión, reaccionando, así de forma original y única. Por eso es muy importante que esta capacidad sea fomentada para que pueda ir desarrollándose en el futuro.

Para los pequeños, cada día supone una nueva aventura. Sólo deberíamos ponernos, por un instante, en su situación de ‘novedad ante un mundo extraño’: ¿estaríamos confiados o, por el contrario, mantendríamos una cierta distancia, una cautela y recelo ante una vida, totalmente, desconocida?… Para el bebé no existe el temor ante esta situación, es más, se entrega a él de forma confiada y feliz (siempre que no llegue algún adulto y los predisponga al fatalismo o al sobreproteccionismo).

Es la misma naturaleza la que impulsa, empuja y enseña a nuestro pequeño a enfrentarse a los nuevos retos que le ofrece el día a día. Y es a través del conocimiento y la observación como el bebé va aprendiendo las infinitas posibilidades que le ofrece la vida. Un niño jugando en el parque debe explorar todo aquello que le rodea sin que nos importe si se mancha… por ejemplo.

Así es como el bebé crece receptivo y abierto a explorar el mundo que le rodea. Vivir, para él, es una aventura enriquecedora y llena de posibilidades y sorpresas maravillosas por descubrir. Dependiendo del grado de satisfacción que obtenga en estas experiencias, así se desarrollará su seguridad, su confianza y su autoestima. Por eso, la creatividad en los niños, se desarrolla a partir de sus experiencias en la vida, de su ingenio y, por supuesto, su imaginación. La creatividad, además, nos sirve para enfrentarnos a las situaciones adversas que nos ofrece la vida, buscando una salida alternativa, más creativa con la que superar ese momento.

Vía | El Bebé

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