Contrato de contingencias para reforzar conductas positivas en niños
El término contrato se aplica a contextos diferentes, más allá del plano laboral. También se integra en el campo de la psicología. El contrato de contingencias es un ejemplo de esta cuestión. Y, en El Blog Infantil, profundizamos en torno a la definición, el sentido y los objetivos de dicha herramienta.
Qué es un contrato de contingencias
Es un recurso que pone el acento en la modificación, refuerzo positivo y seguimiento de la conducta. El documento escrito formaliza un acuerdo entre las partes que nace impulsado por una intención positiva. Del mismo modo, también especifica cuáles son los objetivos a alcanzar. Es decir, los comportamientos que se alinean con el criterio que sirve de guía en la elaboración del contrato.
Comportamientos que se presentan como una referencia práctica para el niño y que, por su parte, muestran una alternativa a otras conductas inadecuadas. Los puntos que se integran en el contenido y que clarifican las especificaciones a tener en cuenta deben estar expuestos en un lenguaje sencillo. Es decir, hay que evitar cualquier rodeo innecesario o frases que tienen una doble interpretación.
Para qué sirve un contrato de contingencias
Evidentemente, un contrato de contingencias no tiene una implicación legal, como ocurre con otros acuerdos profesionales. Sin embargo, la esencia de un documento firmado permanece a través de la responsabilidad, el compromiso y la implicación. El contrato redactado representa una guía práctica que supone una herramienta de ayuda para ambas partes. De hecho, un acuerdo verdaderamente valioso es aquel que resulta favorable para los implicados.
Además, el niño también forma parte del acuerdo y, por tanto, es importante tener en cuenta su opinión. Pero no debe convertirse en un instrumento para buscar el perfeccionismo, la exigencia excesiva o los objetivos imposibles de alcanzar. Es decir, los comportamientos señalados, perfectamente indicados en metas realistas, deben adaptarse a la edad, circunstancias y situación del menor.
Consejos finales para elaborar un contrato de contingencias
Cuando se analiza el comportamiento deseado, también conviene contemplar el diagnóstico de la situación actual. Generalmente, un proceso de mejora no es drástico, sino que avanza de manera gradual. Como ocurre con cualquier otro tipo de contrato es recomendable documentarlo por escrito. ¿Por qué razón? La escritura permite realizar cualquier comprobación sobre los puntos indicados en el acuerdo. Por este motivo, el documento también puede situarse en una zona visible o guardarse en un lugar que resulte accesible para los implicados.
Es aconsejable que no quede ninguna pregunta pendiente. Es decir, la resolución de las dudas puede utilizarse como material adicional para clarificar la redacción del texto. ¿A qué se compromete cada una de las partes implicadas? Es una de las preguntas que debe quedar perfectamente clara tras la lectura del documento. Las conductas positivas deben estar acompañadas por las correspondientes consecuencias (el cumplimiento facilita el disfrute de recompensas sencillas pero significativas).
Por otra pate, conviene contextualizar el compromiso asumido por ambas partes de forma temporal. Es decir, el documento también puede complementarse con las fechas que indican el inicio y la finalización del contrato.
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