Consejos para quitarle el pañal sin traumas

El verano es el mejor momento para quitarle el pañal a nuestro bebé. Así podemos aprovechar los días de calor que todavía nos quedan para ir mentalizándole de que el paquete que lleva en su culito ya no va a serle necesario. Nos vendrá estupendo, tanto si empieza la escuela infantil, como si es la guardería, para quitarnos, y quitarle, un peso de encima.

Evidentemente cada niño tiene su propio ritmo madurativo y lo que para unos es muy sencillo, y lo hacen casi de forma espontánea, para otros necesitamos grandes dosis de paciencia y mucha más voluntad por su parte. Nunca debemos comparar como lo hizo su hermano mayor o el vecino, pero podemos tener en cuenta ciertos aspectos que nos van ayudar mucho en esta tarea.

El bebé nos va a ir dando señales de si ya está preparado: se levanta de la siesta seco, te pide sentarse en el orinal o te reclama que le cambies el pañal porque se ha ensuciado y se siente molesto. Si, además, es regular a la hora de hacer sus deposiciones, ya te está avisando que puedes empezar a intentarlo porque él ya está preparado.

Puedes empezar quitándole el pañal unas cuantas horas al día, por la mañana y por la tarde. En el caso de las siestas y por la noche, mejor que lo lleve todavía, hasta que estemos mucho más seguros.

Durante esos ratos que lo has liberado del pañal, pregúntale de vez en cuando si quiere ir al aseo. Anímale a usar el orinal y cuéntale alguna historia que le ayude a hacer pipí en él. En el mercado hay cuentos que os van a ayudar durante este proceso.

Tanto si consigue hacer pipí en el orinal como si no, felicítale por todo el esfuerzo que está haciendo, seguro que muy pronto ya lo logra conseguir del todo y vais a ser muy felices los dos. Si le reñimos, castigamos o reprendemos, este proceso se puede prolongar hasta la eternidad.

Vía | Ser padres
Foto | Psicorazon

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