Consejos prácticos para invitar a otros niños a jugar a casa
Invitar a un amigo a jugar a casa es una de las formas de socialización que se descubren durante la infancia. La planificación es clave en esas primeras ocasiones que cuentan con la supervisión de las respectivas familias. Es decir, es recomendable que el adulto responsable que actúa como anfitrión mantenga una comunicación directa con los padres del invitado.
De este modo, es posible acordar el horario de llegada y la duración aproximada del tiempo de juegos. El diálogo también es clave para compartir cualquier información que sea relevante para atender al invitado durante la visita.
1. Facilitar la experiencia cuando el niño muestre interés
Será el propio niño quien, como parte de su propio proceso de crecimiento, muestre interés por ir a jugar a casa de un amigo o recibir su visita. Es decir, esa puede ser una señal de que ha llegado el momento de propiciar la experiencia.
2. Cumplimiento de las normas de convivencia
Es positivo que el invitado se sienta cómodo y acogido desde el primer momento. Se encuentra en un entorno distinto al habitual. Cuando los amigos del niño van a jugar a casa, es recomendable mantener las normas habituales. Por ejemplo, que guarden los juguetes y los materiales que han utilizado al finalizar la tarde de juegos.
Cuando el niño celebra su fiesta de cumpleaños en casa recibe a un grupo de amigos. Sin embargo, en aquellas visitas que se producen durante la rutina cotidiana, conviene reducir el número de invitados, especialmente, para simplificar los preparativos asociados a ese momento. Es decir, es posible recibir a varios niños pero en visitas individuales en las que cada uno se siente el auténtico protagonista.
3. Supervisar a los niños para garantizar su cuidado
Es muy importante que un adulto responsable acompañe a los niños durante la tarde de juegos. Eso no significa que participe directamente en las actividades que llevan a cabo. Pero está atento para observar cualquier aspecto relevante. De hecho, este tipo de plan también es significativo para la familia. Los padres pueden conocer mejor el entorno de su hijo. Es decir, se comunican con sus mejores amigos y, a través de estos, con sus progenitores y hermanos.
4. Cómo encontrar el momento perfecto
La invitación debe ser flexible, es decir, muestra que la puerta del hogar está abierta para recibir a ese invitado. Sin embargo, puede darse la circunstancia de que al invitado le sea imposible asistir en la fecha inicial. En ese caso, conviene posponer ese encuentro para concretar un momento que se ajuste a la agenda de ambas familias.
Las visitas improvisadas se producen con más frecuencia entre familias que tienen una relación de mucha confianza y cuyos domicilios se encuentran relativamente próximos. En otros casos, no es necesario tomar la decisión con numerosos dÃas de antelación, pero sà con el margen necesario para concretar los detalles y que cada familia pueda organizarse con tranquilidad.
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