Consejos para mejorar la rutina familiar a partir de septiembre
El periodo de vacaciones tiene un punto final que se concreta con la llegada del mes de septiembre. Eso no significa que el final del periodo estival deba vivirse como un reencuentro previsible con la organización habitual del tiempo. De hecho, el descanso previo es clave para poner en perspectiva cuestiones que, con frecuencia, se posponen durante el resto del curso. ¿Cómo mejorar la rutina familiar a partir del mes de septiembre? En El Blog Infantil presentamos cinco propuestas.
1. Existen transformaciones significativas que comienzan con pasos pequeños
Mejorar la rutina no tiene por qué implicar una renovación general de los hábitos adquiridos hasta la fecha. Simplemente, el inicio de una nueva etapa en el calendario es una invitación para impulsar pequeños pasos que se alineen con la dirección deseada. Pues bien, anota por escrito cuáles son esas mejoras concretas, específicas y alcanzables.
2. Prolonga la sensación del verano
Existen rutinas del verano que no tienen por qué quedar atrás cuando cambia el contexto estacional. Quizá haya que adaptar esos momentos al nuevo periodo. Sin embargo, el verano ofrece el tiempo deseado para conectar nuevamente con el autocuidado, el bienestar emocional y el bien común. El descanso es un buen ejemplo de ello. Por ello, es importante poner el foco en lo esencial tras la llegada del mes de septiembre.
3. Mantenimiento de los aspectos positivos
Mejorar la rutina familiar no significa modificarlo todo, sino poner el acento en un ámbito que puede mejorarse. Del mismo modo, es aconsejable identificar los aspectos positivos de la convivencia para potenciarlos, alimentarlos y mantenerlos. ¿Qué momentos sencillos del día a día simbolizan la felicidad cotidiana en vuestras vidas? Anota esos instantes para darles el espacio que merecen en la nueva etapa.
4. Momentos compartidos y espacios individuales
Los instantes compartidos aumentan durante las vacaciones. El final del periodo estival influye de forma significativa en la percepción del tiempo. Es el momento de planificar un nuevo calendario. Pero es recomendable que los espacios compartidos y el desarrollo de la autonomía personal alcancen el equilibrio deseado. De este modo, la rutina tiene en cuenta las necesidades de cada miembro de la familia.
5. Perseverar en los cambios adoptados
Al igual que ocurre con los objetivos de Nuevo Año, los buenos propósitos del mes de septiembre pueden caer pronto en el olvido. Sin embargo, conviene perseverar en el plan de acción y volver a intentarlo si es necesario. Los cambios positivos adoptados en este periodo producen beneficios a largo plazo. Por ello, es importante poner en valor el sentido de las medidas llevadas a cabo.
La llegada del mes de septiembre representa una nueva vuelta al cole. Pero también implica el redescubrimiento de la vida familiar en un entorno menos novedoso y flexible que el de las vacaciones. En definitiva, surgen nuevas oportunidades que conviene tener en cuenta.
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