Consejos para mejorar los caldos y cremas para el bebé
Una vez nuestro bebé empieza a tomar sus primeros alimentos sólidos, empieza a abrirse un mundo lleno de nuevas sensaciones. No todos los niños los aceptan de igual forma, aunque la mayoría suelen sentir cierta «curiosidad gustativa» que les lleva a aceptar los cambios de buena gana.
Pero del mismo modo que nos ocurre a los adultos, llega un momento en el que podemos aburrirnos si no hay una cierta variedad en el menú. Las verduras suelen ser sosas, el exceso de carnes no es bueno y el pescado, no siempre resulta fácil de conseguir. Así que lo mejor será buscarnos las mañas para que esas cremas y purés sean más gustosas y variadas sin que nos olvidemos del aporte nutricional necesario.
Todos los ingredientes deben cocinarse con agua fría, de este modo vamos a conseguir caldos con mejor sabor. Todas las verduras podemos comerlas trituradas, pero estaría bien evitar algunas como el apio o la chirivía, que aunque dejan buen sabor en el caldo, en el puré queda un sabor muy fuerte. El caso contrario es el nabo, especial por su suavidad. Cuando se cuece verdura sola, podemos añadir un poquito de caldo de pollo o ternera, para darle otro sabor.
A fin de dejar un buen gusto en los caldos o cremas, no está de más añadir una cucharadita de aceite de oliva, en cambio no es bueno añadir sal, al menos hasta que el bebé cumpla los 9 meses y siempre en cantidades muy moderadas.
Para espesar los primeros caldos utilizaremos leche en polvo o harina de arroz o cereales, disuelta en un poquito de agua o caldo frío. Buscaremos aquella textura, primero muy clarita, para luego ir espesándola a medida que el bebé la acepta. Otro modo de espesar, pero a partir del año, puede ser espolvoreando queso de bola o danés y gratinarlo al horno.
Fuente | “La alimentación infantil” – Assumpta Miralpeix (Plaza y Janés Editores 2002)
Foto | Ella hoy