Consejos para enfrentarse a los dolores del parto sin epidural
Tener que ofrecer consejos ante ciertas situaciones personales de nuestra vida, es altamente complicado. Cada ser humano es diferente al otro, y aquello que para unos es un escollo difícil de salvar, para otros en cambio resulta de lo más sencillo. Una prueba de dolor, por ejemplo, no tiene la misma intensidad o significado para uno que para otro. Por eso aunar criterios es bastante inútil, ya que lo que pueda servir para ti, quizás para mí no lo sea tanto.
Y una de esas pruebas por las que la mayoría de mujeres, que somos madres, hemos tenido que pasar es la del parto. Aunque en la actualidad ya son muchas las que prefieren recurrir a la epidural, incluso aunque el alumbramiento sea natural, todavía las hay que prefieren evitarla. Es importante saber que los dolores del parto son muy intensos aunque, como decíamos antes, cada mujer lo va a vivir de una manera totalmente distinta. En cualquier caso, existen algunos truquillos que nos pueden servir para sentirnos algo más aliviadas, y que ese ratito sea lo menos doloroso posible.
Preparación mental
Es muy importante que nos enfrentemos a este momento con una actitud positiva. Especialmente para las primerizas le resultará más complicado ya que no saben con qué situación se van a encontrar, por eso lo mejor es preguntar a tu matrona o ginecólogo todas las dudas que se te vayan planteando, incluso aquellas que te parezcan más tontas. Estar informada te ayudará a liberar tensiones y olvidarte del miedo.
Nuestra mente es un pozo sin fondo, así que también podemos ayudarnos a crear en ella imágenes agradables que nos ayuden a evadirnos, concentrarnos o liberarnos de esos temores que nos acechan. Pasear por la playa, sentir que estamos volando o escalar una montaña, nos puede ayudar en esos momentos en los que el bebé puja por salir.
Atender a las emociones
Cuando empiezan las contracciones ya sabes que el momento de tener a tu bebé en brazos se acerca. Es una de esas sensaciones, inexplicables, que te van a hacer volcarte en un instante único y maravilloso, de esos que no se repiten en la vida. Ha llegado el momento tan esperado a lo largo de esos nueve meses, así que tus emociones van a estar a flor de piel. Es el momento de vivirlas con toda su plenitud.
La música es una estupenda herramienta que nos ayuda a conectar con nuestro universo emocional. Gracias a ella reducimos el estrés, nos empuja a evadirnos del dolor y nos marca un ritmo, muy necesario para esos momentos.
Sentirnos acompañadas es también vital para relajarnos, evadirnos y afrontar ese momento con mejor ánimo y más optimismo. Eso sí, debemos elegir a alguien que sea positivo, tenga buen humor y capacidad de comprensión, en el caso contrario, por mucho que nos quiera, puede resultar una carga añadida a nuestro frágil estado.
Liberar el cuerpo
En esos momentos previos al alumbramiento, nuestro cuerpo es, en sí mismo, toda una bomba a punto de estallar. No sabemos cual es la postura adecuada, sentimos deseos de gritar, se nos acelera la respiración, no podemos andar aunque querríamos salir corriendo… Si controlamos nuestra mente y emociones, como hemos indicado antes, vamos a entender que éste es sólo un ratito que pasará en breve, para dar paso a una de nuestras experiencias más maravillosas.
Para relajarnos la mejor estrategia es controlar la respiración, para ello tenemos que ser conscientes de tomar un buena dosis por la nariz y luego, tranquilamente, expulsarla por la boca. En cambio, en los dolores, mucho mejor si la hacemos de forma superficial o acelerada.
Los cambios de postura también pueden ayudarte a aliviar esos momentos de dolor, aquí si puedes buscar el tuyo propio, ya que cada una encuentra el suyo de forma personal: tumbada de lado, sentada en una silla, paseando, arrodillada… Otra forma de encontrar alivio es pidiendo que un familiar o tu acompañante te realice un masaje. Los músculos, ante la tensión del momento, suelen contraerse lo que impide que la relajación se produzca.
Vía | Ser Padres
Fotos | Dmedicina y Baby Center
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