Consejos para ayudar en un parto inesperado
El mundo del embarazo y el nacimiento es todo un misterio, por más que creamos tenerlo todo controlado, es la propia naturaleza la que va marcando el ritmo que, a veces, resulta extremadamente caprichoso. Sabemos que una gestación humana dura nueve meses pero, conforme nos vamos acercando al momento, esa fecha no es exacta, por lo que nuestro bebé puede decidir, de forma inesperada, salir a ver el mundo antes de tiempo.
Son muchos los casos que conocemos de bebés nacidos en un avión, en un coche o, simplemente, en la cola del mercado. La mayoría de ellos han nacido sin ninguna dificultad y el parto ha sido rápido, pero ¿alguna vez te has preguntado qué puedes hacer tú si te encontraras en una situación así y la parturienta necesita de tu ayuda?
El parto, a no ser que presente dificultades previas, es un momento totalmente instintivo y natural que se resuelve por sí mismo sin mayores problemas. Pero también es cierto que, dependiendo de donde nos pille, puede resultar más complicado o engorroso. Si no nos da tiempo a llegar al hospital o cualquier centro sanitario, lo más inmediato es llamar a los servicios de urgencia, para que la atiendan lo más pronto posible.
Mientras llega la ambulancia, vamos a colocar a la madre en un lugar donde se sienta cómoda, alejada de la multitud. Ella ha de elegir la mejor postura: tumbada, en cuclillas, a cuatro patas, sentada… lo importante es que si el niño sale no caiga al suelo.
Si el bebé ha nacido y todavía no han llegado los servicios de salud, envolverlo enseguida para que mantenga la temperatura y no se enfríe. Aunque pueda impresionar un poco, no te asustes si lo ves morado, verás como pronto va tomando un tono más rosita. Comprueba que respira, incluso aunque no llore. Ponlo inmediatamente en la piel de mamá e, incluso en el propio pezón intentando que lo succione.
No cortes el cordón umbilical, no pasa nada porque se mantenga conectado a él. Hay muchos mitos en torno a este momento: pinzarlo, atarlo con una cuerda, cortar… piensa que si no dispones del material sanitario adecuado puedes causar una infección grave.
El alumbramiento, o lo que es la expulsión de la placenta, se produce a continuación (entre 30 y 60 minutos). Viene acompañado de una hemorragia que resulta bastante escandalosa, aunque para que sea más leve nos puede ayudar que el bebé succione el pecho de la madre. Para entonces, seguramente, los médicos ya habrán llegado y la terminarán de atender, a ella como al bebé, de forma más precisa.
Vía | Dmedicina
Fotos | Discovery Brasil y Portal mamá
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