Las consecuencias de chuparse los dedos
Chuparse los dedos puede tener consecuencias bucodentales que deberemos conocer para que la salud de los niños no se vea perjudicada. Uno de los malos hábitos comunes en los dientes es chuparse el dedo, lo que puede terminar provocando consecuencias en su boca.
Usar su dedo pulgar como chupete es un hábito que se transforma de un reflejo natural en los más pequeños. Los bebés suelen llevarse todo tipo de cosas a su boca, así se sienten seguros y bienestar. Además, es una excelente opción para cuando quieren relajarse y dormir. Pero si se hace de manera continua puede provocar problemas en sus dientes y en la oclusión.
Si la costumbre de chuparse el dedo continua hasta la aparición de los dientes definitivos puede influir en la alineación, causa de que el peque necesite ortodoncia. Por eso es necesario terminar con la mala costumbre desde edades tempranas.
Provoca problemas en la deglución y cambios en su paladar. Además de malformaciones de las piezas dentales provoca problemas fonéticos en el proceso de hablar. Si en el momento de poner sus manitas en la boca las tienen sucias se incrementa las posibilidades de contraer infecciones en su cavidad bucal.
¿Hasta qué edad es normal chuparse el dedo?
En la mayoría de los casos los bebés se chupan el dedo durante el primer año de vida. Solo el 5 por ciento de los casos continúa haciéndolo después de los seis años. En términos generales se puede decir que a partir de los tres años deja de ser un reflejo para convertirse en un hábito.
Si la costumbre de chuparse el dedo continua hasta la aparición de los dientes definitivos puede influir en la alineación.
Debemos aclarar que no existe ninguna demostración que chuparse el dedo sea en sí mismo un signo de necesidad emocional.
A partir del año es recomendable comenzar a tomar medidas, a partir de esa edad se deberá observar en qué momentos empieza a hacerlo, así se podrá identificar con claridad cual es la causa.
Cómo evitar que se chupen los dedos
Es importante que ayudemos a los niños a que dejen de chuparse los dientes. Si pasados los años no abandonan esta costumbre existen algunas pautas para seguir y así poderlos ayudar.
Lo primero que deberemos hacer es identificar la causa del hábito. Por ejemplo, algunos pequeños vinculan el chuparse el dedo con situaciones de estrés y lo toman como una forma de relajarse. Otros sienten que es un estímulo para conciliar el sueño. En estos casos es necesario aprender a observar. Cuando hayas identificado el origen es aconsejable buscar otros estímulos que actúen de sustituto.
Si los niños ya tienen la edad suficiente se les podrá explicar las consecuencias que tiene su acción en la salud bucodental, de esta manera podrá entender y comprender la importancia de abandonar esta conducta. En estos casos el odontopediatra podrá ayudar a que el peque tome conciencia.
Si se busca evitar o quitar este hábito en un bebé recién nacido se lo puede acostumbrar a usar chupete pero no su dedo. Tengamos en cuenta que el chupete es más fácil de retirar para quitar la costumbre.
Si llegas a tener dudas lo importante es consultar con el odontopediatra o con el pediatra quien te ayudará a encontrar la mejor solución, ademas de contarte lo importante que es para su salud el desarrollo de las piezas dentales.
Vía | Propental
Foto | Pixabay – Efraimstotcher
un comentario
Muy buen artículo