Conciliación: ¿Qué valorar cuando un familiar cuida del bebé?
Un plan de conciliación es clave para organizar la vida laboral y familiar contando con una red de apoyo. Contratar una cuidadora profesional es una decisión frecuente. Sin embargo, también existe una alternativa que se presenta de manera habitual: el apoyo de un ser querido puede convertirse en fundamental. Así ocurre cuando una tía o un abuelo del bebé, además de tener un vínculo afectivo con el niño, también asume el rol de cuidador durante varias horas a la semana. Es una opción que plantea ventajas aparentes, aunque conviene reflexionar al respecto para buscar el bien común.
¿Qué aspectos hay que tener en cuenta cuando un familiar cuida del bebé? En Uno más en la Familia analizamos algunas cuestiones.
1. Calidad del vínculo
Ser familiares directos no implica que el nivel de comunicación y de confianza sea excelente. Sin embargo, sí es positivo que la relación sea fuerte antes de comenzar una nueva etapa en la que ese ser querido desempeña el papel de cuidador. A lo largo del tiempo, puede surgir la necesidad de hablar en torno a diferentes temas. Por ello, es recomendable que exista la cercanía necesaria para que ambas partes puedan hablar con tranquilidad sobre cualquier cuestión.
2. Clarificar las condiciones del acuerdo
Cuando un familiar se compromete en el cuidado de un bebé, asume una responsabilidad. Pero esa responsabilidad también se desarrolla con algunas condiciones. Es importante contextualizar los límites para priorizar el bienestar y las necesidades de las partes implicadas. De lo contrario, la disposición inicial puede derivar en cansancio si esa persona siente que tiene que renunciar a su propio tiempo libre con mucha frecuencia.
3. Cercanía
Es importante que ese familiar viva en el entorno próximo para que pueda implicarse en el cuidado del bebé. De lo contrario, más allá de su motivación para colaborar, la distancia se convierte en un impedimento significativo. Por el contrario, los kilómetros adquieren otra perspectiva cuando la familia necesita un apoyo más concreto en algunos periodos del año. Por ejemplo, en vacaciones de verano o Navidad. En ese caso, quizá ese ser querido que reside en otra ciudad pueda desplazarse para disfrutar de unos días en el hogar.
4. Valores compartidos
Existen muchas diferencias que pueden ponerse de manifiesto cuando el cuidador y los padres tienen valores que se distancian en relación con la educación y la crianza. Por el contrario, cuando existen principios que unen a todos en torno a un proyecto de equipo, mejora la calidad del cuidado infantil. Una de las ventajas de un cuidador familiar es que, a diferencia de cuando contratas a una niñera profesional, ya le conoces antes de iniciar una colaboración.
5. Habilidades para cuidar de los niños
Más allá de la buena voluntad y de la disposición para ayudar, quizá esa persona no presente las condiciones que consideras más importantes en este momento. De hecho, puede ocurrir que quieras cuidar de esa persona al evitarle una responsabilidad que no está preparada para atender en este momento por algún motivo.
¿Qué valorar cuando un familiar cuida del bebé como medida de apoyo a la conciliación? En ese caso, conviene no dar ningún aspecto por supuesto. Es importante hablar con calma para clarificar cualquier duda que pueda surgir por ambas partes.
Comentarios cerrados