Compotas de frutas, ideales para el bebé
A partir de los seis meses, y siempre siguiendo las indicaciones que nos dé el pediatra, empezamos a introducir las frutas en la dieta de nuestro bebé. Su primer contacto con ellas va a ser fundamental para su posterior alimentación, ya que de ello dependerá que aumente su gusto por este rico manjar o, por el contrario, genere un rechazo.
Las puedes preparar de múltiples maneras: papillas, purés y, cuando ya empiezan con los dientes, en trozos para iniciarse en la masticación. Pero una de las formas que más les gusta y que mejor toleran es mediante la compota. ¿Quieres saber cómo se prepara?
La compota se adapta a cualquier tipo de fruta. Mucho mejor emplear aquellas de temporada ya que le van a aportar todo su valor nutritivo, además puedes conservarlas en el frigorífico durante tres días.
La receta básica es la siguiente:
- Para dos raciones aproximadas de 100 o 150 gramos vamos a emplear dos piezas de fruta, que pueden ser las mismas (2 manzanas o 2 melocotones) o combinadas (1 manzana y 1 pera).
- También es necesario media ramita de canela o de vainilla, así como unas gotas de limón con el fin de que no se ennegrezcan durante la cocción.
- Hay que pelar la fruta y sacarle las semillas o hueso, según sea el caso. Cortar en trozos pequeños y colocar en un cazo con todos los ingredientes. Añadir unos 50 centilitros de agua y dejar cocer, tapado y a fuego lento unos 20 minutos, según esté más o menos madura.
La compota es un alimento ideal que puede ser acompañado con yogur natural o queso fresco, resultando ser una merienda estupenda y llena de nutrientes. Seguro que a partir de entonces tu pequeño se aficiona, sin poner ninguna pega, a las ricas frutas.
Fuente | “La alimentación infantil” – Assumpta Miralpeix (Plaza y Janés Editores 2002)
Foto | Todos los como