Cómo ser un buen padre o una buena madre de un hijo adolescente
Ser un buen padre o una buena madre, en cada una de las etapas de la vida de los hijos, es una aspiración profunda en la mayoría de padres y madres. Ser un padre responsable, motivado y comprometido no implica una búsqueda de perfección. Y es que, el proceso no remite a una meta final sino a un camino de continuo aprendizaje. ¿Cómo ser un buen padre o madre de un hijo adolescente?
1. Límites y normas: no eres su amigo
El valor de la autoridad es especialmente relevante en la familia durante la adolescencia, etapa en la que los adolescentes tienden a mostrar una mayor resistencia ante normas y pautas. En un periodo en el que el hijo puede experimentar una mayor rebeldía hacia aquello que parece impuesto a nivel externo, las normas educan. Y es que, como padre o madre de un hijo adolescente, dicho rol es muy relevante. No confundas tu papel o tu posición con la amistad.
2. No afrontes las dificultades de la adolescencia como algo personal
En ocasiones, los adolescentes pueden llegar a mostrar algunas falta de respeto hacia sus progenitores. Y, como hemos hecho referencia en el primer punto, los límites son fundamentales. Es decir, no hay que justificar o quitar importancia a las faltas de respeto que se enmarcan en este periodo. Pero tampoco hay que alimentar el alarmismo ante factores, características o circunstancias que son propias de la adolescencia.
3. Respeta su espacio y su intimidad: la habitación del adolescente es el símbolo de un espacio propio
Uno de los cambios que experimenta el adolescente en esta etapa se muestra en su propia necesidad de pasar más tiempo con los amigos. Cuando está en casa, también busca más momentos de soledad. Y es habitual que la habitación se convierta en su zona de seguridad, es decir, en su refugio. Es un espacio personalizado con el que se siente representado. Por ejemplo, la personalización del dormitorio de un adolescente es visible en detalles que imprimen un significado en la decoración del cuarto y la zona de estudio.
4. Responsabilidades y tareas del hogar: es importante implicar a los adolescentes
Como hemos señalado, el dormitorio es un refugio para el adolescente. Un espacio que merece respeto. Por ejemplo, antes de entrar en la habitación de tu hijo, llama a la puerta. Pero también es importante que el adolescente se implique en el cuidado y el orden de su dormitorio (y de otras tareas de la casa).
5. Dar ejemplo: clave en la educación de niños y adolescentes
Existe un importante ejercicio de responsabilidad en el papel que padres y madres asumen en la familia. Dar ejemplo es un reto exigente puesto que la perspectiva del modelo a seguir se aplica en diferentes ámbitos. En definitiva, invita a hacer lo correcto en las diferentes esferas de la vida. ¿Pero cómo ser una referencia, un mentor y una inspiración? Intenta enfocarte en aquellas variables y factores que te impulsan hacia tu mejor versión como ser humano: sensibilidad, empatía, constancia, generosidad…
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