Cómo ser mediadores de lectura: consejos para padres y madres

Las primeras lecturas ponen de manifiesto la importancia que tiene la mediación en el descubrimiento de un hábito que influye positivamente en la vida de un ser humano. El acompañamiento se materializa en la elección de obras interesantes para el niño. Se fortalece con el valor del propio ejemplo a través de un estilo de vida en el que la lectura ocupa un pilar importante. Leer en voz alta es otra experiencia habitual. Sin embargo, conviene puntualizar que la mediación en la lectura se produce en cualquier periodo de la vida. Puedes observarla en numerosos ejemplos cotidianos.

Por ejemplo, cuando descubres una reseña que despierta tu curiosidad, te aproximas a esa obra después de haber consultado la información previa. Las recomendaciones literarias que se realizan en un club de lectura, son otro ejemplo de mediación. Pues bien, la literatura es un ingrediente creativo, valioso y necesario durante las vacaciones escolares. Una propuesta que crea nuevos horizontes en la rutina cotidiana. Ofrece la experiencia del viaje, incluso, sin salir de casa. Pues bien, padres, madres y abuelos pueden convertirse en mediadores de lectura en la familia. En El Blog Infantil compartimos varios consejos.

1. Leer (más allá de los libros)

La lectura no siempre gira en torno a los libros. Es decir, periódicos, revistas, medios digitales y otras fuentes de información escrita despiertan el interés potencial del lector. La educación a través del ejemplo se enriquece con la referencia de diferentes experiencias.

2. Consulta información sobre las novedades editoriales

El catálogo de obras para niños es extenso. Las librerías y bibliotecas, por tanto, presentan un universo de sueños que es prácticamente infinito. De hecho, es un mundo que se amplía con la incorporación de nuevas publicaciones. Pues bien, un mediador de lectura es alguien que está muy bien informado sobre esta cuestión.

3. Formación sobre educación y literatura infantil

El verano ofrece una excelente oportunidad de ampliar el aprendizaje con los cursos de las universidades. Son programas breves que se desarrollan en un horario intensivo durante varias jornadas. Pues bien, quizá tengas la posibilidad de descubrir un taller que te permita seguir profundizando en el universo de la lectura y la literatura. Con frecuencia, el requisito principal para participar en los cursos de verano de las universidades es tener interés en el tema en torno al que gira el temario.

4. Recuperar el hábito de la lectura por decisión propia

Un mediador de lectura influye positivamente en la vida de quienes tiene a su alrededor. Es un líder social que facilita el acceso a la cultura. Sin embargo, el verdadero compromiso con el hábito de leer empieza y termina en uno mismo. En ocasiones, los padres se centran en el objetivo de leer cuentos a sus hijos, pero no encuentran un espacio para cultivar sus propios intereses como lectores.

5. Disfrutar del proceso creativo

La experiencia de la lectura es vivencial. Cada lector tiene un ritmo, un proceso y un camino por recorrer. Sin embargo, cuando la atención se centra constantemente en la búsqueda de resultados, el presente queda condicionado por el peso de las expectativas. Leer produce numerosos beneficios a largo plazo, sin embargo, lo más importante es disfrutar de la experiencia y pasar un buen rato. Ese es el fin principal de un verdadero mediador que acerca los libros a los lectores potenciales.

En definitiva, como padre o madre pueden convertirse en un mediador de lectura durante las vacaciones de verano (y siempre).

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