Cómo practicar la disciplina positiva en la familia
El cambio de año llega acompañado por el valor de la transformación. Cambios que pueden contextualizarse de forma intencional en el ámbito de la educación. La disciplina positiva protege a los niños. Este es un enfoque que muestra el equilibrio entre la firmeza y la amabilidad. Este modelo educativo evita los efectos negativos que produce la permisividad. En El Blog Infantil te damos siete consejos para cultivar este tipo de disciplina.
1. Refuerzo positivo
¿Dónde pones tu atención en el día a día? Cuando pones el foco de atención en el refuerzo positivo de aquellas acciones que el niño ha realizado, alimentas su motivación para repetir ese tipo de hechos. Corrige a tu hijo con empatía cuando sea necesario. Pero no des por supuesto el valor de un elogio que puedes hacer explícito a través de la palabra. De hecho, la comunicación asertiva es esencial en la práctica de la disciplina positiva.
2. Fomentar la educación en valores en el tiempo libre
Padres y madres son una referencia constante para sus hijos. Pero existen otros modelos que pueden modelar si tienen acceso a esos ejemplos constructivos. Ejemplos educativos que están presentes en cuentos, libros infantiles y películas.
3. Empatía
No existe una única forma de interpretar una situación. La vivencia está condicionada por distintas circunstancias. Es positivo validar las emociones del niño, es decir, dar espacio a la expresión de sentimientos.
4. Busca la conexión emocional
Este momento del año te permite extraer algunas conclusiones de aquellos cambios que te gustaría incorporar en tu vida familiar durante el 2021. Para mantener la empatía mencionada en el apartado previo, es importante cultivar la cercanía emocional de forma consciente. Jugar en familia es una de las formas de entretenimiento que propicia este encuentro.
5. Cuídate a ti mismo
La responsabilidad de la educación avanza a partir del amor. Un amor que nutre al niño. Sin embargo, es importante que cada adulto cultive su propia autoestima. Para ello, debe escuchar y atender sus necesidades emocionales. La disciplina positiva no solo concede el espacio necesario al niño, sino también, a los padres.
6. Responsabilidades adecuadas para cada edad
El niño necesita de la protección de sus padres, pero también puede hacerse cargo de responsabilidades acordes a su edad. La realización de tareas escolares es un ejemplo de ello. Del mismo modo, el niño puede hacerse cargo de ocupaciones sencillas en casa.
7. Formación en disciplina positiva
Padres y madres también pueden ampliar sus recursos para educar a sus hijos a través de este enfoque. Existen talleres especializados que aportan una nueva visión de la educación. El aprendizaje no solo forma parte de la vida de los niños, sino también de la experiencia de los adultos. Este tipo de talleres responde a la pregunta sobre cómo potenciar la disciplina positiva en la familia.
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