Cómo influye tu familia de origen en la familia que has formado
Existe una relación significativa entre la familia de origen y la familia creada. El primer término hace referencia a la procedencia, la historia previa y el arraigo. La familia creada, por el contrario, se sustenta sobre los cimintos de un proyecto personal o de pareja. Evidentemente, la familia de origen y la familia creada, aunque diferentes, están en conexión. Y es que, forman parte de la biografía de quien, antes de ser padre o madre, fue hijo, hermano, sobrino…
La familia de origen ofrece enseñanzas clave en relación con tipos de relaciones, valores, patrones y dinámicas. Sobre la base de la familia creada es posible trasladar lo aprendido o, por el contrario, romper el círculo en relación con algunos factores negativos. Factores que es posible repetir de manera automática al seguir la inercia de los modelos adquiridos previamente. Y es que, las vivencias que enlazan con la familia de origen remiten a aquello que se percibe como cercano, conocido y familiar.
La familia de origen: paso previo a la formación de la propia familia
Las dificultades vinculadas con la familia de origen también forman parte de las relaciones de pareja puesto que, en ese caso, cada uno tiene su propio marco de referencia. Y, al tener hijos, la visión de la crianza, la educación o el proyecto familiar también está precedida por una mirada que remite al grupo al que pertenece cada uno.
Nadie está completamente determinado y condicionado por sus circunstancias sociales, familiares o profesionales, puesto que existe la libertad. Pero las circunstancias familiares sí tienen un peso significativo. De hecho, muchas de las causas de sufrimiento emocional en la etapa adulta tienen una huella que se remonta a la infancia. Y en el momento en el que una persona disfruta de la familia que ha formado, analiza desde otro ángulo su historia previa. Más allá de la responsabilidad que es inherente al propósito de ser un buen padre o una buena madre, es importante cultivar la humildad para no señalar constantemente con el dedo los errores de la familia de origen.
Las vivencias adquiridas previamente pueden brindar un mayor nivel de consciencia para tomar decisiones en torno a los valores, el tipo de crianza, la rutina del hogar, la comunicación…
Comunicación asertiva, límites claros, colaboración y respeto: claves para nutrir el vínculo con la familia de origen tras ser padres
Tras tener un hijo, surgen nuevos roles en la familia. Por ejemplo, es positivo que el niño tenga la oportunidad de sentirse querido y cuidado por sus abuelos. La familia de origen puede convertirse en un apoyo, un arraigo, una ayuda y una fuente de amor para emprender la nueva etapa. Y eso no implica que deba ser perfecta desde ningún punto de vista, como tampoco lo es la familia creada por uno mismo.
Es recomendable vivir la paternidad o la maternidad desde la libertad y la creatividad que ofrecen los nuevos comienzos. El nuevo hogar no tiene que ser una copia idéntica de los recuerdos vividos antes de ser padre en el entorno familiar. Sin embargo, esa base previa sí puede ser una fuente de luz, autoconocimiento e inteligencia emocional para madres y padres.
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