¿Cómo gestionar las expectativas de los niños en Navidad?

La Navidad tiene un importante componente emocional. Y el nivel de felicidad experimentado durante estas fechas está en relación con la gestión de expectativas. En El Blog Infantil te damos algunos consejos para acompañar a tu hijo en este objetivo.

1. Gestionar las expectativas y deseos en la carta de Reyes Magos

El niño merece disfrutar del ejercicio de escribir una carta que refleja sus gustos y preferencias. Pero en una fecha tan señalada también puede aprender a tolerar la frustración. Así ocurre cuando disfruta con la sorpresa de encontrar en casa algunos de los juguetes que había pedido, mientras que otros no están presentes.

2. Diferenciar entre expectativas y necesidades

El universo de expectativas puede ser prácticamente ilimitado. Y, sin embargo, el nivel de felicidad no depende del cumplimiento de cada uno de esos anhelos. Por este motivo, conviene recordar que existe una diferencia entre el plano de las expectativas y aquellas necesidades que son verdaderamente esenciales.

3. Ofrecer información clara al niño

Por ejemplo, puedes decirle que los Reyes Magos le traerán tres de los regalos que aparecen en la lista. En ocasiones, la falta de información puede dar lugar a errores de interpretación en torno a la magia de la Navidad. Sin embargo, en este tiempo también existen límites que se materializan en la realidad.

4. Gestiona tus propias expectativas

El adulto revive la magia de la Navidad a través de la mirada de su hijo. Una ilusión infantil que también llega a la familia extensa. Abuelos, tíos y primos comparten la alegría de este tiempo. Para educar a tu hijo con inteligencia emocional durante la Navidad, también necesitas cultivar tu autoconocimiento y gestionar tus propias expectativas de forma consciente. De lo contrario, tú mismo puedes sentirte desbordado por objetivos que son imposibles de cumplir.

5. Crear una rutina

¿Cómo reducir las altas expectativas que producen las novedades constantes en fin de año? Por medio de la creación de una rutina que se mantiene durante el periodo de vacaciones. Dicha rutina no es rígida, puesto que necesita adaptarse a las variables de las fechas más representativas de las fiestas. Pero una organización del tiempo que gira en torno a horarios habituales aporta una zona de confort y la seguridad de lo conocido.

6. Mirar más allá de la Navidad

La Navidad es un periodo del año muy intenso, sin embargo, tiene una fecha final. Por ello, para gestionar las expectativas de los niños también puedes posponer algunos planes y regalos para otros momentos del año. Habrá otras muchas ocasiones especiales para disfrutar de actividades inolvidables o estrenar un juguete. De este modo, los niños asimilan una lección importante a través de las vivencias y la experiencia práctica: aprender a esperar. Es decir, es posible hacer espacio a una iniciativa concreta en un momento posterior.

¿Cómo gestionar las expectativas de los niños en Navidad? Escucha, comprende y acompaña sus emociones. Emociones que, como sabes, se producen en un contexto muy significativo. Un contexto que, con frecuencia, suele derivar en la idealización y en una larga lista de deseos en torno a Papá Noel y Reyes Magos.

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