Cómo evitar la impuntualidad de los niños en la escuela
La impuntualidad de los niños muestra las dificultades de organización de la familia en la gestión del tiempo. Llegar con retraso no es un factor negativo cuando existe un motivo justificado o cuando es una situación que se produce de vez en cuando. Es importante educar en el valor de la puntualidad porque este factor está directamente relacionado con la responsabilidad. ¿Cómo evitar la impuntualidad de los niños en la escuela?
1. Hábitos que dan comienzo a la rutina del nuevo día
La organización del tiempo se simplifica por medio de aquellas costumbres positivas que aportan un orden a la jornada. Por ello, quizá sea necesario implementar algunas modificaciones en la forma de comenzar un nuevo día en familia para establecer los ajustes esenciales.
2. Identificar la causa de la impuntualidad
La impuntualidad no aporta lecciones positivas cuando el adulto tiende a responsabilizar de esta cuestión a factores externos. Las circunstancias del entorno pueden crear imprevistos que influyen en la gestión del tiempo. Pero los progenitores también pueden integrar un espacio para resolver esos asuntos inesperados. En definitiva, es importante poner nombre al motivo que ha propiciado la impuntualidad para evitar que esa situación vuelva a repetirse. Un hecho solo puede cambiarse cuando el sujeto asume su responsabilidad sobre el mismo.
3. Planificación
La puntualidad en la escuela puede empezar a planificarse incluso durante la jornada anterior. Es recomendable preparar aquellas cuestiones que pueden llevarse a cabo durante el día previo. Y el niño debe implicarse en el proceso para, por ejemplo, organizar la mochila sin posponer esta tarea para el último momento. Todas aquellas gestiones que pueden realizarse el día previo, aportan más tiempo al comienzo de un nuevo día.
4. Convertir la puntualidad en una norma para la vida diaria
La puntualidad puede aprenderse más allá del entorno educativo. Es un valor que muestra respeto y atención hacia el tiempo y circunstancias de los demás. La impuntualidad, por el contrario, puede alterar un plan que afecta a terceras personas. Por ello, el estilo de vida familiar puede alinearse con el principio de la puntualidad aplicado en los diferentes campos de la rutina.
5. Anticipar la llegada al momento marcado por la campana
La campana del colegio es el elemento común que recuerda la importancia de la llegada y de la salida. Sin embargo, es recomendable que las familias adopten un plan de acción que se adelanta cinco o diez minutos al margen señalado. De este modo, es posible disfrutar del inicio de la jornada con más tranquilidad, sin sentir la sensación de urgencia que produce la cuenta atrás del reloj.
Por tanto, la puntualidad es positiva para que el aula siga su ritmo habitual. Por ello, las familias se implican para mejorar la organización del tiempo en el inicio de la nueva jornada. El entorno debe reforzar la autonomía del niño por medio de hábitos constructivos para que este interiorice un aprendizaje tan importante.
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