Cómo enseñar a los niños el valor de la prudencia

Cómo enseñar a los niños el valor de la prudencia

Escrito por: Maite Nicuesa    23 mayo 2021    3 minutos

La prudencia produce beneficios a largo plazo, y es positivo transmitir este ingrediente desde la infancia: te damos las claves para conseguirlo

La prudencia es un arte que, con frecuencia, resulta difícil de alcanzar en la etapa adulta. El ser humano puede vivir inmerso en constantes contradicciones cuando se encuentra en situaciones complejas. Sin embargo, esta virtud es un pilar fundamental de la existencia humana. Y este arraigo de seguridad también puede empezar a cultivarse en la infancia. ¿Cómo educar a los niños en el valor de la prudencia? En El Blog Infantil te damos algunas ideas.

1. La inteligencia emocional de los cuentos infantiles

Los cuentos infantiles transmiten mensajes que están directamente relacionados con la vida. Y la prudencia es uno de los ingredientes que forma parte de la trama de distintos relatos para niños. Las fábulas, acompañadas por la conclusión de una moraleja final, resultan muy educativas.

2. Comunicación familiar

La prudencia también forma parte de numerosas decisiones que se toman en el día a día. Pero, para poner de manifiesto esta cuestión, conviene profundizar en la elección final, al considerar los motivos y las consecuencias.

Educar En La Prudencia

3. Ejemplo personal

La prudencia es un ingrediente que mejora tu calidad de vida como adulto porque eleva tu resiliencia. Pero, además, a través de este comportamiento, muestras a tu hijo el espejo en el que puede observar actos que tiene la posibilidad de modelar.

No es necesario que la prudencia esté presente en el mismo grado en todos los asuntos de la existencia, porque no todas las decisiones tienen el mismo nivel de trascendencia. Pero sí conviene poner en valor esta virtud en aquellas situaciones que implican a terceras personas o suponen un riesgo para la seguridad individual.

4. Refuerza tu autoridad y la de los profesores

Los niños necesitan del consejo de adultos que ofrecen un acompañamimento positivo en esta etapa de la vida. El vínculo entre padres e hijos no es simétrico, ya que existe una jerarquía en la esencia de esta relación interpersonal. A través de tus consejos ayudas a tu hijo a ser más prudente. Del mismo modo, refuerza la posición de autoridad de otras figuras que son un referente para él.

Prudencia Infantil

5. Haz referencia a hechos concretos y situaciones recientes

El concepto de prudencia puede resultar muy abstracto para un niño que, sin embargo, contextualiza esta información cuando la pone en relación con situaciones de la vida diaria. Por ello, puedes hacer alusión a ejemplos de anécdotas producidas recientemente para reflexionar sobre este tema a partir de esa información vital.

5. Normas de convivencia básicas

Las dudas incrementan la imprudencia, por el contrario, las certezas aportan una mayor seguridad para actuar siguiendo el criterio de lo correcto. Los consejos de padres, abuelos y profesores son muy positivos para los niños. Y, además, los menores también aprenden el sentido de la prudencia a través del significado de normas y principios que fortalecen la convivencia. En definitiva, educa con inteligencia emocional.

Acompaña pero sin sobreproteger, puesto que tu hijo también aprenderá grandes lecciones de prudencia a partir de la referencia práctica de su propia experiencia. Los errores cometidos le aportan nuevas herramientas para afrontar la realidad con nuevos recursos y perspectivas.

Reportajes


Comentarios cerrados