¿Cómo dejar de sentirte culpable por poner límites a tu hijo?

El peso de la culpa puede irrumpir en contextos diferentes, incluso, en aquellos que están motivados por una intención positiva. Cuando eres coherente con los límites y normas que quieres transmitir a tu hijo, porque consideras que esos factores son positivos para su educación y bienestar, actúas de forma responsable. A pesar de ello, algunas personas sienten culpa cuando establecen límites.

De hecho, aprender a decir no con libertad interior y asertividad es una lección que, con bastante frecuencia, no resulta sencilla. ¿Cómo dejar de sentirte culpable cuando pones límites y normas a tu hijo? En El Blog Infantil profundizamos en una cuestión relevante en relación con la inteligencia emocional.

1. No te esfuerces hasta el infinito para construir la familia ideal

No existe la familia perfecta, sin embargo, la trampa del perfeccionismo está muy presente en un momento en el que los padres tienen acceso a tantos recursos y manuales sobre educación y crianza. Los diferentes enfoques educativos, tendencias, consejos, medios y sugerencias brindan ayuda para afrontar los desafíos de la crianza en el contexto actual. Pero no hay que perder de vista que cada situación que se produce en el ámbito familiar es única.

2. Comprende la respuesta emocional de tu hijo

¿Cómo te sientes tú cuando un límite externo que no habías previsto te aleja de un objetivo o de una expectativa? Aunque el punto de vista de un adulto es más amplio que el de un niño, puedes encontrar algunos paralelismos en este contexto. Tal vez tu hijo se enfade ante un límite que, aunque positivo, no le resulta agradable. Entiende el sentido de su emoción. Intenta que su respuesta no te haga sentir culpable por haber actuado del modo adecuado (según tu criterio).

3. No afrontes tus decisiones como si fuesen un examen

En la mayoría de las ocasiones, no existe una única opción que sea la correcta. Es decir, hay varias alternativas y cada una ofrece sus ventajas. Y el error también tiene espacio en el aprendizaje vital que todo padre o madre recorre a lo largo de su camino. No reprimas la culpa en aquellos instantes en los que te sientes de ese modo, pero no te instales en ese bucle. Transforma el concepto desde la responsabilidad que te permite aprender de tus errores.

4. Recuerda que tu papel no es el de un amigo

Lo más importante no es que todas tus decisiones agraden a tu hijo porque, de hecho, es lógico que experimente una respuesta diferente ante la propia naturaleza del límite. Es importante que tengas en cuenta cuál es la razón y la finalidad de una medida que tiene la forma de un límite que corrige, educa o guía. Pues bien, como padre o madre tú también puede ser un faro para tu hijo e iluminar su camino.

Hay otros tipos de vínculos que también pueden influir positivamente en tu hijo, sin embargo, el papel de padre o madre es diferente al de un amigo (el vínculo paternal no es simétrico). Educar y poner límites es una de tus responsabilidades.

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