Cómo deben ponerse las bolas chinas

Cómo deben ponerse las bolas chinas

Escrito por: Mónica M. Bernardo    8 mayo 2010    2 minutos

Utilizar de forma habitual las bolas chinas ayuda a controlar y prevenir la incontinencia, una de las causas del embarazo, pero además fortalece el suelo pélvico y proporciona un mayor control neuromuscular como ya comentamos en otro artículo. Cada vez son más los ginecólogos, matronas y fisioterapeutas que las recomiendan después haber dado a luz, aunque no inmediatamente.

Sin embargo, a muchas mujeres les da miedo ponérselas porque no saben cómo hacerlo o si les va a causar algún daño. Siguiendo las recomendaciones de Eva Tirado, fisioterapeuta de la Unidad de Recuperación Avanzada de iQtra-USP Hospital San José, os contamos cómo se ponerse adecuadamente las bolas chinas para ejercitar involuntariamente los músculos pélvicos, concretamente el músculo pubocoxígeo que tiene entre sus misiones sostener la vejiga y el útero.

Lo primero que hay que hacer antes de ponerse las bolas chinas es lavarlas con agua y jabón neutro y dejarlas secar al aire. Tras la operación de limpieza que realizaremos cada vez que se pongan o se quiten, hay que seguir unos pasos muy sencillos e intuitivos.

Comprobamos que están derechas para que hagan su efecto y a continuación nos palpamos con un dedo la entrada de la vagina por la que debemos introducir las bolas chinas. Lo siguiente es introducir la primera bola para lo cual aplicaremos sobre ella un poco de lubricante a base de agua. Una vez dentro repetiremos la operación con la segunda bola dejando el cordel que las une fuera.

Es una acción similar a la que hay que hacer cuando se pone un tampón. La manera de sacarlas, al igual que el ejemplo anterior, se va tirando despacio de la cuerda hasta que las bolas chinas van saliendo poco a poco.

Una vez que las tienes puestas, la primera sensación que vas a notar es que se te van a caer. No te preocupes, es normal. A medida que los músculos del suelo pélvico se vayan fortaleciendo, esa sensación irá disminuyendo.

Foto | De Blanco Satén

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