Cómo es el cerebro del bebé
El cerebro de los bebés, lo mismo que el de los adultos, cuenta con una gran complejidad. Sin lugar a dudas es el órgano que menos se ha llegado a formar hasta el momento del nacimiento. Su tamaño estará limitado por el canal del parto, esto no permitirá que su volumen sea demasiado grande.
Con el paso de los años el cerebro tendrá un desarrollo asombroso, tomando una forma totalmente distinta. El cerebro tendrá un crecimiento no solo físico sino que también tendrá modificaciones internas muy importantes.
Al nacer el bebé su cerebro será un gran conjunto de neuronas, la misma ira tomando estructura para permitirle al niño hablar, leer, razonar y sentir todo tipo de emociones. Algunas neuronas presentes al nacer ya tienen una misión específica y están preparadas para la supervivencia fuera del vientre, entre ellas encontramos la de llorar, respirar, succionar. Pero millones de ellas no fueron activadas aún.
Recordemos que cuando hablamos de las neuronas nos estamos refiriendo a las conexiones que se establecen entre ellas para formar las redes neuronales. En el caso de las neuronas aisladas son las que deberán realizar una misión simple.
La experiencia que tienen los niños en sus primeros años de vida no se basan únicamente en los recuerdos sino que es muy importante la construcción misma del cerebro. Uno de los factores para este tema es el tiempo. Como se ha podido saber en diferentes estudios el tiempo es quien permite el desarrollo de alguna área neuronal para influir en la creación de interconexiones. Esto es denominado, por muchos expertos en la materia, como la ventana de oportunidades. Una ventana que se abre en el momento de nacer (incluso antes) y se cierra después de un tiempo.
Es muy importante proporcionar los estímulos necesarios por un período de tiempo para lograr que la estructura cerebral se forme de manera correcta. En el caso de que no se genere una estimulación de una zona en determinado tiempo as neuronas morirán y ya no será posible recuperar la función La conocida ventana de oportunidades varia en base a la función cerebral de que estemos hablando. Algunos sentidos como el oído y la vista cierran la ventana de oportunidades mucho antes de que se tenga la posibilidad de ciertos sentimientos y comportamiento.
Afortunadamente podemos ver como tenemos la capacidad de influir de manera positiva en el desarrollo neuronal de los pequeños, pero también sabemos que el tiempo para ello será limitado. Una especie de carrera contrarreloj en donde las segundas oportunidades no serán posibles.
Vía | Crianza natural
Foto | Pixabay – Photos emotions
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