Cómo atender las necesidades afectivas de tu hijo: 6 consejos
El cuidado de bebés y niños, con frecuencia, parece girar principalmente en torno a una visión del bienestar que se reduce al plano físico o corporal. Sin embargo, el cuidado va más allá de este ámbito y también integra la perspectiva afectiva. Comer o dormir son dos necesidades básicas. Pero hay otras prioridades como recibir alimento a través del cariño, el afecto o las caricias emocionales. Es decir, la atención también es nutritiva.
1. Cultiva el sentido positivo de la autoridad
Como padre o madre, protege el sentido positivo de la autoridad. Tu hijo puede descubrir otros roles y referentes. Por tanto, no adoptes la posición de un amigo. Tu papel en su vida es diferente a la amistad.
2. Practica la aceptación y el reconocimiento
Intenta desprenderte de cualquier tipo de expectativa que condicione el desarrollo potencial de tu hijo. La aceptación es un aprendizaje constante. Más allá del amor que sientes por tu hijo, es posible que en más de una ocasión identifiques algún factor que te impide disfrutar verdaderamente del presente. Sin embargo, cuando tomas conciencia de ello, puedes aportar reconocimiento.
3. Evita la sobreprotección, pero bríndale tu apoyo y tu compañía
Cuida la vinculación con tu hijo a través de tu cercanía, tu apoyo y tu compañía. Evita la sobreprotección, pero bríndale los recursos necesarios para alcanzar nuevas metas, crecer y evolucionar en un entorno de seguridad. ¿Cómo generar un espacio de seguridad y confianza? Por ejemplo, ofrece límites claros que se alinean con su propia necesidad de bienestar y protección.
4. Ocúpate de otras esferas de tu vida
Es importante que dediques tiempo, espacio y amor para fortalecer el vínculo con tu hijo. Pero eso no implica adoptar una dedicación exclusiva y permanente durante toda su infancia. Aunque la felicidad de tu hijo sea una prioridad en tu vida, también tienes otros objetivos. En definitiva, atender las necesidades emocionales de un niño no significa cultivar la dependencia entre ambos.
5. Conecta con tus emociones
A veces, la atención del padre o la madre está tan centrada en el niño que el adulto desconecta de sus propias emociones. Sin embargo, para cubrir las necesidades afectivas de tu hijo es esencial que también escuches lo que sientes en tu interior. Es importante que te des permiso para sentir cansancio, enfado, frustración, decepción, culpa y otras emociones que son desagradables en esencia.
6. Abraza el error, la confusión y la equivocación
Generalmente, padres y madres toman las decisiones que consideran más adecuadas en cada caso. Es decir, hacen aquello que creen que es más conveniente. Pero, como no existen instrucciones universales, es posible caer en el error, la confusión o la equivocación. Abraza la imperfección como parte del aprendizaje que adquieres cada día. Tu hijo no necesita que seas perfecto. Lo realmente importante es tu presencia en su vida.
Por tanto, tu hijo tiene distintas necesidades. El alimento y la nutrición no solo se integran en el plano físico, sino también en el afectivo y emocional. Pero esas carencias, a veces, pasan más desapercibidas.
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