¿Cómo alimentar la mentalidad de crecimiento en los niños?
La mentalidad de crecimiento puede desarrollarse en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, los niños poseen cualidades y características que conectan de forma directa con el descubrimiento de nuevas oportunidades. Cómo se predispone una persona ante la realidad influye en la manera de afrontarla.
La mentalidad de crecimiento es aquella que está alineada con la expansión, la apertura, el aprendizaje, la innovación y el progreso. En definitiva, abre puertas y caminos que permanecen aparentemente cerrados para aquel que no posee este grado de flexibilidad.
Los niños son grandes maestros en torno a cómo fomentar la mentalidad de crecimiento. Pero el entorno también puede potenciar o limitar los recursos infantiles. ¿Cómo pueden transmitir los padres a sus hijos una forma de pensar que sea un reflejo de una visión centrada en el crecimiento?
1. Reconocer el esfuerzo más allá de los resultados
El valor de una acción no está determinado por los frutos obtenidos. Todas las vivencias son significativas cuando propician el descubrimiento de la realidad. Una persona no destaca del mismo modo en cualquier ámbito. Vincula el elogio y el refuerzo positivo con la constancia, el esfuerzo y la superación. Ten en cuenta que el verdadero crecimiento está acompasado con la perseverancia.
2. Crear un entorno que ofrezca nuevas oportunidades
La zona de confort puede llegar a percibirse como fija e inamovible cuando se convierte en una rutina previsible. Por medio de la evolución personal, el niño va más allá de ese plano de situación que le resulta tan conocido. Un entorno que fomenta el encuentro frecuente con la cultura es sinónimo de alternativas que están alineadas con la visión de crecimiento.
3. No depositar altas expectativas en el niño
La posibilidad de crecimiento también se encuentra con algunos límites. Por ejemplo, el peso que los adultos trasladan al niño cuando depositan en él expectativas que son poco ajustadas a la realidad. Las expectativas hacen que como padre o madre te anticipes a aquello que no ha ocurrido todavía.
4. Adopta una mentalidad de crecimiento en tu propia vida
Déjate sorprender por la existencia en esta nueva etapa de la vida. Conecta con la esencia de la admiración y el asombro a través de la mirada de tu hijo. Busca alternativas allí donde ahora encuentras una interpretación lineal de la realidad. Reinterpreta los obstáculos para transformarlos en grandes oportunidades.
5. Educar con inteligencia emocional
Es habitual dar una gran importancia al aprendizaje de idiomas y a la comprensión lectora desde temprana edad. La mentalidad de crecimiento, que va más allá del componente racional o intelectual, también es muy importante. La inteligencia emocional, la empatía, la expresión de los sentimientos, el desarrollo de una autoestima alta y el cultivo de la resiliencia son claves para avanzar en un camino en el que también existen obstáculos y desafíos.
Por otra parte, la mentalidad de crecimiento aumenta cuando se comparte con los demás. Por ello, las personas que inspiran en los niños esta visión de la vida imprimen en ellos un ejemplo que transmite el valor del esfuerzo, la superación y capacidad de reinventarse.
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