Cómo afrontar las discusiones sobre los valores en la crianza
Las discusiones en torno a los valores pueden convertirse en interminables en una relación de pareja. El punto de acuerdo parece todavía más complejo cuando las diferencias giran alrededor de la crianza. Ten en cuenta que los principios personales son un reflejo de las múltiples maneras de observar la realidad. Cada valor pone el acento en una perspectiva en concreto.
Por otra parte, es habitual que dos personas sí consideren que un principio es importante en la crianza de los hijos. Sin embargo, cada una concede un nivel de relevancia diferente a ese ingrediente. Cada una posee su propia jerarquía. Y un orden de prioridades diferente se materializa en la toma de decisiones. ¿Cómo resolver las discusiones en torno a los valores que guían la crianza de los hijos? En Uno más en la Familia profundizamos en esta cuestión.
1. Recuerda que existen numerosos valores que se complementan mutuamente
Por ello, las diferencias de criterio en torno a este asunto pueden poner el acento en la complementariedad de aquello que cada progenitor aporta a la vida de su hijo. Un valor principal se potencia y alimenta por medio de otros ingredientes esenciales.
2. Contextualiza la razón de las diferencias
Existe el riesgo de que cada uno se encierre en la visión de sus propios valores como si su mirada fuese la verdaderamente cierta. Pues bien, la formación de los valores personales está directamente relacionada con la educación recibida, las experiencias personales y otras influencias externas.
3. No cometas el error de querer cambiar a la otra persona
Las discusiones de valores, en ocasiones, separan a las parejas. Una situación que empeora todavía más cuando un progenitor quiere cambiar al otro. ¿Qué sucede cuando una persona siente el efecto de esta expectativa? Tiende a distanciarse. Por el contrario, es recomendable potenciar la colaboración en la crianza.
4. Abrazar la realidad del cambio
Conviene trascender más allá del punto de vista individual que es un reflejo de los valores personales. La apertura que se materializa en el diálogo crea el contexto ideal para el aprendizaje. Este puede ser un buen momento para reflexionar en torno a los principios adoptados en la crianza de los hijos. Los valores aprendidos no tienen por qué ser inamovibles. Pueden complementarse, ampliarse y enriquecerse. También es posible cambiar de opinión en torno a una creencia mantenida durante mucho tiempo.
5. Establecer objetivos comunes
¿Cómo avanzar en el diálogo en torno a los valores por medio de una estrategia común? Pues bien, es recomendable crear un proyecto que esté acompasado por objetivos elegidos de mutuo acuerdo. En ese caso, es recomendable que cada uno se comprometa verdaderamente con las metas planteadas. Por ello, es aconsejable analizar diferentes alternativas hasta encontrar propósitos que se alinean con los valores de ambos.
6. Iniciar una etapa de aprendizaje común
Los valores de cada padre y de cada madre están vinculados con sus experiencias de vida. Pero las experiencias vividas remiten al pasado. Y el nacimiento de un hijo es una expresión de presente y de futuro. Por ello, los progenitores pueden emprender un periodo de formación y descubrimiento que amplíe la zona de confort personal.
Comentarios cerrados