Cómo afrontar el duelo causado por la no maternidad: consejos clave
Generalmente, el duelo tiende a asociarse con el proceso emocional que experimenta una persona ante el fallecimiento de un ser querido. Sin embargo, a lo largo de la existencia, cada ser humano experimenta otras muchas pérdidas que también están acompañadas por un viaje interior. Uno de los procesos más complejos es el que se conoce del siguiente modo: el duelo causado por la imposibilidad de cumplir el deseo de ser madre.
En ese caso, la persona choca con el muro de la no maternidad, que establece un límite ante sus propios deseos e ilusiones. Ese duelo, con frecuencia, no es percibido por los demás. Por ello, crece el nivel de soledad ante aquellas emociones desagradables que surgen en la etapa inicial del proceso.
Qué es el duelo de la no maternidad causado por diferentes circunstancias
El duelo por la no maternidad muestra una pérdida, puesto que el objetivo de ser madre estaba perfectamente incorporado en el proyecto de vida personal de la mujer que atraviesa el sufrimiento de no poder protagonizar esa experiencia. El duelo de la no maternidad también se materializa en un contexto social en el que todavía existen estereotipos que superar de forma definitiva en torno a la idea de la felicidad (que tiende a vincularse con un proyecto de pareja y con la formación de una familia).
El momento del duelo marca un punto de inflexión en la vida personal de una mujer que durante un periodo significativo ha vivido a la espera de que su expectativa se cumpla. Muchas de sus decisiones se han encaminado hacia esa dirección. Ese objetivo ha ocupado gran parte de su atención y de sus pensamientos. En definitiva, la maternidad ha formado parte de su vida interior. Por esta razón, se produce una pérdida cuando la persona asume que, por distintas circunstancias, esa posibilidad es poco viable.
Consejos para vivir el duelo de la no maternidad por circunstancias
El proceso de superación de cualquier tipo de duelo requiere de calma, paciencia y autoconocimiento. Pero, aunque es posible dirigir la mirada hacia el interior, también conviene conectar con el exterior: nuevos proyectos, contacto con redes de apoyo, búsqueda de objetivos a corto plazo, cuidado personal…
Es un tipo de duelo que puede pasar desapercibido ante la mirada de seres queridos o amigos cercanos que no son plenamente conscientes del sufrimiento que habita en el interior de quien atraviesa esta incertidumbre. Por esta razón, si estás pasando este proceso, verbaliza cómo te sientes y pide ayuda (a tu círculo de confianza y a un profesional de la psicología).
El duelo de la no maternidad muestra el valor de la despedida como parte del proceso terapéutico. La persona dice adiós a una expectativa y se reinventa por medio de la búsqueda de otras prioridades. Es recomendable vivir el duelo con sinceridad, sin pretender evitarlo, acelerarlo u ocultarlo. Conviene dirigir la atención hacia aquellas acciones y experiencias que proporcionan un alivio y una esperanza. Por ejemplo, en este contexto, resulta terapéutico hablar con personas que han vivido un proceso similar o están atravesando ese periodo en el presente.
El diálogo también puede ser interior: la escritura y la lectura aportan diferentes medios de expresión para exteriorizar miedos, dudas y emociones desagradables. A veces, la persona siente vergüenza por aquello que le ocurre. Es preciso aceptar todas las sensaciones, incluso las más incómodas. Pero, si estás viviendo el duelo de la no maternidad, ten presente que no estás sola (aunque puedas sentirte de ese modo).
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