Cómo actuar cuando el niño tiene celos del padre o la madre

Sentir celos es una experiencia que puede producirse más allá de los primeros años de vida. Sin embargo, el adulto dispone de más recursos para actuar cuando se siente desbordado por la emoción. Los celos en la infancia pueden vivirse entre hermanos, pero existe otra realidad concreta que puede llegar a interferir en la propia relación de pareja.

A veces, el niño interfiere en el vínculo sentimental, muestra su incomodidad ante las demostraciones de amor de sus progenitores. Y reclama la atención de forma constante. Es una situación que también puede producirse en un caso de divorcio cuando el padre o la madre inicia una nueva relación sentimental.

Qué hacer cuando el niño tiene celos del padre o la madre

No se trata de una circunstancia extraña o poco habitual. Sin embargo, la forma de gestionar los celos del niño puede simplificar o agravar el alcance de la situación. Por ejemplo, cuando sus reacciones impactan en el propio vínculo sentimental, la pareja va perdiendo momentos y espacios significativos para girar continuamente alrededor del hijo.

Es decir, evitar las demostraciones de afecto delante del niño no es una solución para prevenir posibles reacciones incómodas. Por el contrario, es importante mostrar con naturalidad gestos y palabras de cariño que, además, transmiten un ejemplo de amor basado en el respeto, la libertad y la admiración.

La familia es un sistema. Y, antes de la llegada del bebé a la vida de sus padres, existe un vínculo previo. Por ello, es importante cultivar dicha relación puesto que el amor entre ambos repercute en la convivencia diaria, en la crianza y en la educación. Del mismo modo, también es recomendable que cada progenitor comparta tiempos especiales con cada uno de sus hijos.

Qué errores conviene evitar cuando el niño tiene celos del padre o la madre

A veces, la situación parece difícil de gestionar. Sin embargo, conviene actuar con inteligencia emocional. En primer lugar, es importante entender y comprender las reacciones del peque. Quiere recibir toda la atención por parte de uno o ambos progenitores. Es recomendable no reñirle o ridiculizar sus respuestas. Pero tampoco conviene reforzar su comportamiento por medio de la evitación de las muestras de afecto en su presencia.

Los celos están directamente vinculados con el temor y la vulnerabilidad. El hijo teme perder la atención de una de sus figuras de referencia. Sus reacciones tienen un objetivo concreto: llamar la atención de los padres, es decir, cambiar el foco de la situación cuando se dan un beso, un abrazo o muestran un alto nivel de complicidad en su presencia. En la mayoría de las ocasiones, la situación remite de forma gradual a través del amor, la educación, el acompañamiento y la paciencia.

Pero no descartes la posibilidad de buscar ayuda especializada para tener una visión más completa de las causas, efectos y formas de actuación. No es recomendable esperar hasta que las dificultades hayan impactado de forma notable en el propio vínculo como ocurre cuando el rol de padres eclipsa por completo a la relación de pareja.

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