Cómo acompañar emocionalmente al niño en la vuelta al cole
La planificación de la vuelta al cole, en ocasiones, se centra en aspectos materiales como, por ejemplo, la elección del material escolar. Pero el regreso a las aulas conecta de forma directa con el plano de la vivencia. Por ello, el verdadero acompañamiento es aquel que se centra en el ámbito emocional.
¿Cómo apoyar a tu hijo en la vuelta a la rutina después de un largo periodo de vacaciones? En El Blog Infantil compartimos seis consejos básicos.
1. Escucha con atención
El acompañamiento se percibe en el valor de la escucha. Una habilidad que con frecuencia se ve interrumpida por los ruidos externos, la prisa y otros obstáculos que surgen en el día a día. La escucha acoge, valida y acompaña una emoción que, a partir de ese instante, se comparte en común.
2. Transmitir información clara
En ocasiones, algunas emociones desagradables surgen en contacto con la incertidumbre. Por ello, puedes transmitir al niño datos concretos y realistas sobre cómo será el regreso a las aulas. De este modo, asimila esa información nueva. Si tienes cualquier duda sobre alguna cuestión importante, también puedes ponerte en contacto con el centro escolar.
3. Caminar por el entorno del colegio antes de la fecha de inicio
Quizá el colegio haya formado parte de la rutina del niño durante el verano, si el domicilio se encuentra próximo a la ubicación en la que está localizado el centro escolar.
Pero sí hace tiempo que no ha pasado por el edificio, durante los días previos a la vuelta al cole, surge la oportunidad de organizar algún plan en el entorno próximo a esa zona. De este modo, es posible anticipar el regreso a la rutina a través de una experiencia con la que el niño se familiariza nuevamente con uno de los lugares más importantes de su vida cotidiana.
4. Empatía
Más allá del salto generacional y de la distancia temporal respecto a los recuerdos de la infancia, existen vivencias que dejan huella. Y algunas de las sensaciones de la vuelta al cole, con frecuencia, también perduran en la etapa adulta. Aunque cada ser humano vive su propia historia, existen coincidencias en común. Tu propia historia vital te aporta referencias concretas para incrementar la empatía ante la próxima vuelta al cole de tu hijo.
5. Periodo de transición
Cuando el regreso a las clases se vive como una ruptura definitiva respecto al ritmo del último día de vacaciones, aumenta la dificultad en la adaptación al cambio. Por el contrario, cuando dentro de los días libres se integra un periodo de transición destinado a la adaptación gradual hacia la nueva rutina, aumenta la preparación y la resiliencia.
6. Valida tus emociones en tu particular vuelta al cole
El mes de septiembre también representa cambios importantes en la vida de cualquier adulto. A las novedades familiares se suman, además, otros proyectos profesionales o personales. El horizonte estival queda atrás y da comienzo otra etapa del calendario. En este contexto pueden surgir multitud de sentimientos y emociones. Valida todos ellos, también, aquellos que te resultan menos agradables. Afronta este proceso con optimismo y comparte las dudas y dificultades con otro adulto. Pero no transmitas tus miedos e inseguridades a tu hijo.
Incluso cuando el niño, o tú mismo, ya habéis vivido el regreso a clase en otros septiembres anteriores, cada momento es único. Y, por tanto, surge la necesidad de salir de la zona de confort.
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