La comida para las excursiones escolares
Una de las actividades que suelen programarse en las escuelas, a modo de ampliar los conocimientos y la convivencia entre los alumnos y profesores, son las excursiones. Con ellas se trata de romper la rutina del día a día escolar, al mismo tiempo que se amplían conocimientos y se divierten fuera de la, a veces hermética, presencia de mamá y papá.
Generalmente, en la circular que nos envían desde el cole, suelen hacernos una serie de sugerencias para que los niños vayan cómodos y no se produzcan demasiados altercados, pero todos queremos que a nuestros hijos no les falte de nada, especialmente en la comida. No os preocupéis, aquí os damos algunas sugerencias.
Lo importante es que ellos vayan cómodos, así que no vamos a cargarles con un peso excesivo. Una mochila ligera, que puedan cargar a la espalda y que lleve lo necesario para pasar un día sin demasiados agobios, sobre todo cuando son escapadas a la naturaleza o visitas a monumentos en los que tienen que andar y soportar el peso durante un buen rato.
Para comer lo mejor son los sándwiches. Los bocadillos, al final, acaban resecos y olvidados en el último rincón de la mochila. Una buena idea es hacerle unos cuantos, pequeños, con distintos ingredientes y que sigan jugosos a lo largo del día: untados con queso, un poco de tomate, paté, lechuga a trocitos, mayonesa… Evitar el chocolate y los lácteos, especialmente si las excursiones se hacen en época de calor.
No olvidar, eso sí, una botella de agua y una fruta que no esté muy madura y, aunque no seamos muy amigos de los aperitivos y chuches, nunca está de más, para esos momentos de compartir con los amigos, una bolsa de patatas fritas o de gusanitos, al fin y al cabo un día es un día.
Foto | Ojo Digital
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