Comida comercial para bebés (I)
En el mercado existe una gran variedad de alimentos especiales para bebés, compotas y papillas de uno o varios ingredientes, frutas y vegetales; algunos de estos productos no son muy saludables para los niños, razón por la cuál siempre es más recomendable preparar en casa los purés y compotas para los bebés, pero en ocasiones no es posible y es necesario recurrir a este tipo de productos.
En la etiqueta de cada producto, se encuentra la información necesaria, respecto al nivel de desarrollo del bebé al que corresponden, a saber: los de “Etapa 1”, son para bebés que empiezan a recibir alimentos sólidos; recordemos que hasta los seis meses de vida, los pediatras no recomiendan que el bebé inicie alimentación complementaria a la leche materna. Los alimentos de “Etapas 2 y 3” son para niños mayores, quienes ya pueden recibir papillas u otros alimentos grumosos.
Si el bebé ha empezado a comer alimentos sólidos, puede recibir los alimentos de Etapa 1, que tienen la consistencia de un jugo espeso y no representan riesgo de ahogamiento. Lo más conveniente es comenzar por alimentos de un solo ingrediente, para comprobar que el niño puede tolerar cada uno de los ingredientes por separado, antes de incluir compotas y papillas compuestas.
Siempre debe revisarse la fecha de expedición y de caducidad del producto, que la tapa esté en perfectas condiciones, con el sello del centro hundido, el cuál se levantará y hará un ruido seco al destapar el frasco, garantizando el correcto envase del producto. Es conveniente lavar el frasco y limpiar bien la tapa por fuera antes de abrirlo, para no contaminar el contenido al destaparlo.
Normalmente, los alimentos para bebés no contienen sal, pero algunos contienen azúcares agregados o almidón modificado; es recomendable evitar estos alimentos, ya que contienen calorías innecesarias, sin valor nutritivo alguno para el bebé.
Vía l Mamás y Bebés
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