Colaboración de familias y escuelas en el fomento de la lectura

La colaboración entre las familias y el centro educativo repercute positivamente en el desarrollo integral de los alumnos. El aprendizaje de la lectura adquiere una visibilidad esencial en el contexto académico. Sin embargo, el interés por la literatura también se cultiva en el hogar.

La comprensión lectora, la ampliación de vocabulario y la adquisición de hábitos positivos no se enmarca, únicamente, en el domicilio o en la escuela. Ambos espacios están perfectamente conectados entre sí.

Ideas que propician la colaboración de familias y escuelas

La colaboración entre la escuela y la familia es clave para la formación de nuevos lectores. Por ejemplo, el centro educativo puede proponer una lista de posibles lecturas que que los niños disfruten de la literatura durante sus vacaciones de verano.

Del mismo modo, aquellos centros que disponen de un espacio de biblioteca ponen a disposición del alumnado un catálogo de obras en préstamo. Y los estudiantes tienen la posibilidad de elegir libros para leer en casa durante el fin de semana. El vínculo entre familias y escuelas es bidireccional. Por ejemplo, algunos adultos también valoran la posibilidad de donar material literario a la biblioteca escolar.

Es habitual que los padres estén informados sobre diferentes aspectos del proyecto educativo. Pues bien, existe una herramienta esencial que forma el hábito de la lectura en la infancia en el ámbito académico. Las familias pueden informarse sobre cuál es el proyecto lector que se lleva a cabo en el centro. El colegio y el hogar son dos espacios diferentes, pero se complementan mutuamente. De hecho, son entornos de referencia para el propio niño, forman parte de su rutina. Es recomendable que tu hijo se familiarice con la experiencia de la lectura en aquellos lugares en los que interactúa cada día. Por ello, los libros tienen tanta importancia en casa y en la escuela.

Muchos centros educativos también ofrecen talleres de escuelas de padres y madres que forman a los progenitores. Son espacios de preparación, diálogo y aprendizaje en donde los asistentes desarrollan habilidades y recursos para criar y educar con inteligencia emocional. El fomento de la lectura es uno de los temas que puede introducirse en este contexto.

Por otra parte, la animación a la lectura puede tener un espacio esencial en el catálogo de actividades extraescolares del centro educativo.

El colegio acompaña a las familias

La colaboración entre familias y escuelas es clave para que los progenitores tomen conciencia del papel que desempeñan en la transmisión de valores. Es positivo que el niño perciba el hábito lector en el hogar, a través del ejemplo que le ofrece la experiencia de una de sus figuras de referencia. Y, a su vez, el centro educativo ofrece acompañamiento a las familias. Cada grupo posee sus propias características y circunstancias. La atención personalizada es esencial para resolver dudas y descubrir diferentes alternativas.

Ante la cercanía de las próximas vacaciones de verano, conviene recordar que la colaboración entre las familias y las escuelas es positiva para continuar con el fomento del hábito lector.

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