Cinco rutinas nocturnas que ayudan a los pequeños a dormir
Pueden ser muchas las excusas que un niño pone a la hora de ir a dormir, entre ellas las consabidas frases: «no tengo sueño», «un ratito más», «quiero seguir jugando»… aunque también puede ocurrir que no quiera ir solo a la cama o que se sienta lo suficientemente mayor para poder acostarse más tarde.
Generalmente los padres nos vemos superados en situaciones como las expuestas anteriormente, pero lo cierto es que no hay porque alarmarse ya que, con las cinco rutinas nocturnas que os proponemos, tu pequeño pronto adquirirá el hábito de ir a la cama a la hora establecida.
Consejos a seguir para elaborar la rutina perfecta
Para que la rutina nocturna tenga el éxito que pretendemos conviene tener en cuenta los siguientes consejos:
- Con seis u ocho semanas el bebé ya puede adaptarse a una rutina, por lo tanto, comenzar con ella a una edad temprana será todo un acierto.
- Aunque puedes ser algo flexible, procura comenzar con el proceso a la misma hora cada noche.
- Es aconsejable que antes de comenzar con la rutina se reduzca el nivel de actividad: cambia los juegos movidos por otros más relajados y tranquilos.
Sugerencias de rutinas a poner en práctica
Con los anteriores consejos ya tenemos claro cómo podemos realizar nuestra rutina nocturna, ahora os exponemos cinco rutinas a seguir para ayudar a tu pequeño a dormir plácidamente cada noche.
1. El baño como sinónimo de relajación
Para la mayoría de los niños el momento del baño es una experiencia agradable que puede resultar muy relajante. Aprovecha esta circunstancia para bañarlo poco antes de ir a dormir. ¡Ponle un pijama bebe cómodo con el que se sienta a gusto y gran parte de la batalla estará ganada!
2. Incluye masajes calmantes y relajantes
Al igual que el baño, los masajes también son experiencias muy gratificantes para los niños. Cuando realizas un masaje a tu pequeño, además de ser una forma de crear vínculos y transmitir seguridad, produce un efecto calmante que puede ayudarle a relacionar este momento de tranquilidad con el sueño y su propia habitación.
3. Realiza una actividad que asocie directamente con la hora de ir a la cama
Realizar una rutina diaria como lavarse los dientes o las manos justo antes de ir a la cama será la actividad con la que tu hijo puede asociar que ha llegado la hora de retirarse a dormir.
4. Lectura y/o música una vez que el niño está en la cama
Ya acostado y calentito con su pijama bebe, una buena rutina es la de dedicar unos minutos a la lectura de un cuento. Además de iniciarlo en el ámbito de la lectura, el pequeño disfrutará de tu compañía con lo que su habitación se puede convertir en un refugio que asocie a un momento de seguridad y tranquilidad que le facilite el momento de ir a dormir.
También puedes cantarle una nana o ponerle una canción que no sea muy movida, música clásica o ruidos blancos. Todas ellas pueden ayudar a relajar al niño para que la transición del sueño sea más fácil y rápida.
5. Apagar la luz
Desde el momento de su nacimiento los niños se acostumbran a todo lo que les enseñamos y si le dejas la luz encendida pronto se acostumbrara a ella. Dormir en una habitación iluminada puede afectar al sueño y a la salud del niño ya que la luz no sólo suprime la producción de melatonina (hormona que regula los ciclos del sueño), también altera su reloj biológico. Acostumbrarlos a dormir a oscuras desde temprana edad ayuda a que su calidad de sueño sea mayor.
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