Cinco errores evitables al retirar el pañal al niño
No existen errores sino aprendizajes. Algunos de esos aprendizajes se visualizan a posteriori a partir de la referencia de la propia experiencia de vida. Una experiencia visible en todos los ámbitos. También en la maternidad y en la paternidad. Los niños experimentan el cambio de manera habitual como parte de su proceso de crecimiento. Dejar el pañal es un ejemplo de cambio.
El tiempo es un factor importante en la asimilación de nuevos aprendizajes y, precisamente, muchos de los errores que pueden condicionar este momento de quitar el pañal al niño están relacionados con una cuestión temporal. En Uno más en la familia describimos cinco ejemplos de situaciones posibles. Este momento conecta en la memoria con ese primer instante en el que te preguntas cómo elegir un buen pañal porque ahora el niño está acostumbrado a utilizarlo. ¿Qué errores evitables reflejan una forma de iniciar este cambio a destiempo?
1. Observar el proceso de manera lineal
Mientras que tu bebé vive el presente, como adulto puedes posicionarte ante la realidad desde la perspectiva de la visualización del futuro. Un posible error es interpretar el proceso vivencial que experimenta el niño a partir de este cambio como una secuencia lineal que conduce al objetivo final cuando, en realidad, cada niño es diferente. Y a partir de sus características y circunstancias individuales, escribe su propia historia. Este proceso de aprendizaje y de adaptación al cambio no es lineal sino que también pueden existir instantes de estancamiento o aparente retroceso.
2. Adelantar el ritmo del niño
El tiempo es una medida que puede tener una interpretación diferente en función de cuál es la referencia. Sin embargo, en la decisión de quitar el pañal al niño es importante priorizar, ante todo, el propio ritmo infantil. Ese ritmo que indica que ha llegado su momento para comenzar este proceso. Pero es posible interpretar el tiempo a partir de la referencia de otros niños de la misma edad. Cada ser humano protagoniza su propia historia en todas las etapas de su vida desde sí mismo.
El error de establecer un momento predeterminado para quitar el pañal cuando el niño no se siente preparado para ello supone boicotear esta adaptación al cambio desde el inicio de esta planificación. No solo es que cada bebé tiene su propio tiempo, sino que además cada niño también experimenta su propio proceso. La noción de tarde o pronto suele ser el resultado de la propia tendencia hacia la comparación con el ejemplo de los demás.
3. El verano no siempre es el mejor momento
Otra cuestión temporal que forma parte de este proceso de retirar al pañal al bebé es la elección de la estación del año en la que comenzar con este plan de acción. La etapa estival es una de las elegidas con más frecuencia para iniciar este aprendizaje. El verano tiene muchas ventajas por sus propias características de temperatura.
Y, también, es un momento de más tranquilidad para aquellos adultos que disponen de sus vacaciones durante estos meses de verano. A pesar de las posibles fortalezas de esta estación para retirar el pañal al bebé, no existe ningún ciclo que sea universalmente el mejor siempre y en todas las circunstancias. Puede ocurrir que el ritmo del niño coincida con la fecha de otra estación del calendario.
4. Impaciencia
Un posible error de tiempo en este momento de aprendizaje es acompañar al bebé desde la perspectiva de la impaciencia que muestra el efecto de la ruptura de expectativas entre lo esperado y la realidad misma. La impaciencia, cuando es frecuente y habitual, se transmite en el mensaje expresado a través de las palabras y el comportamiento.
Esta impaciencia no solo no ayuda al bebé, sino que tampoco aporta bienestar a quien se siente de este modo. La impaciencia puede ser una consecuencia de la propia inercia de la prisa que acompaña al estilo de vida adulto marcado por la sensación de urgencia de tantos asuntos cotidianos.
5. Falta de introspección
En este momento de retirar el pañal al bebé intervienen distintos tiempos alineados entre sí. Por una parte, el ritmo del niño. Por otro, el propio presente. Y, por otro, los tiempos del padre y la madre que también son protagonistas de este proceso de aprendizaje al acompañar al niño.
Así como es recomendable no hacer coincidir esta etapa con otros posibles cambios significativos que experimenta el niño, también es positivo que tengas comprensión contigo mismo. Porque puede ocurrir que las circunstancias actuales no sean las más favorables para ocuparte de esta cuestión, sino para preocuparte.
Poniendo en relación este punto con lo expuesto en el apartado número 4, para alimentar la resiliencia de la paciencia es recomendable atender al contexto propio.
Por tanto, existen errores evitables al quitar el pañal, los ejemplos descritos en este artículo que hoy publicamos en Uno más en la familia tienen un hilo conductor. Son cinco maneras de hacer este proceso a destiempo en relación con el momento más importante: el del propio niño.
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