Cinco características frecuentes en padres y madres narcisistas

El narcisismo puede quedar de manifiesto en diferentes ámbitos de la vida. Con frecuencia, adquiere una mayor visibilidad en el contexto de la formación de una familia. En ese caso, el exceso de ego condiciona la felicidad del hijo en su proceso de crecimiento. Puede ocurrir que padres y madres narcisistas no sean conscientes de su limitación.

Es decir, pueden actuar desde el convencimiento de que desean lo mejor para sus hijos. Sin embargo, existe un importante deseo de reafirmación. Es decir, tienen la expectativa de que sus hijos actúen de acuerdo a su criterio y punto de vista. ¿Cuáles son las características principales que es posible identificar en la crianza y en el comportamiento de padres y madres narcisistas? En Uno más en la Familia enumeramos cinco rasgos habituales en la forma de actuar.

1. Educan a sus hijos en la idea de que son más especiales que otros niños

Eso no significa que lo hagan de un modo deliberado. Sin embargo, proyectan su propio valor en sus hijos. Observan en ellos una amplia lista de adjetivos positivos que describen su potencial. Es decir, magnifican cualidades y capacidades hasta el punto de que el niño parece eclipsar a aquellos que tiene a su alrededor.

2. Necesidad de aprobación

El narcisista puede mostrar una aparente elevada seguridad en sí mismo. Sin embargo, esa seguridad está condicionada por el deseo de reconocimiento externo. Una búsqueda de aprobación que concede un peso excesivo a la opinión de los demás. Por ello, la persona también puede sentirse muy vulnerable ante las críticas negativas.

3. Depositan altas expectativas en el futuro de sus hijos

Los niños merecen descubrir su propio camino sin sentir el peso causado por las expectativas ajenas. Un padre narcisista visualiza un futuro prometedor y exitoso para su hijo. Pero su visión de la felicidad y del triunfo es aquella que se alinea con su propio punto de vista. En definitiva, su visualización de futuro describe un horizonte lineal y reduccionista.

4. Quiere mostrar una aparente imagen de perfección

Sostener esa máscara durante todo el tiempo es imposible. Por ello, el narcisismo es agotador en sí mismo. El narcisista pone una atención especial en el “yo”. Y el ego también se alimenta del deseo de admiración, reconocimiento y aprobación. Es frecuente que quiera mostrar una imagen perfecta en su rol de padre o madre. Tiene una visión negativa del error.

5. Aman de forma egoísta

El amor no es un símbolo de generosidad, sino que está condicionado por el deseo interno de recibir. La necesidad de atención, afecto y reconocimiento es muy elevada. Tanto que es posible que experimente numerosos momentos de frustración cuando cree que merece más cariño del que recibe. Este amor egoísta se hace presente, especialmente, a largo plazo. Por ejemplo, es probable que en la adolescencia o en la madurez, el hijo de un narcisista se sienta egoísta por pensar en sus propias necesidades.

El narcisismo puede manifestarse con distintos niveles de intensidad. Interfiere negativamente en el grado de felicidad del hijo, pero también es un límite para el bienestar personal. Es recomendable pedir ayuda psicológica para avanzar. En definitiva, el narcisismo se convierte en la nota predominante de aquellas decisiones, comportamientos y reacciones autoritarias que describen a padres y madres condicionados por la trampa de la vanidad.

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