De chico a chica antes de los 10 años
Tammy tiene sólo 11 añitos y ya ha cambiado de sexo. Nació siendo Thomas y fue adoptado a los dos años. Según cuentan sus madres, una de las primeras cosas que dijo Thomas cuando aprendió lenguaje de signos, ya que tiene un problema auditivo, fue «soy una niña». Pero la alarma saltó realmente a los 7 años cuando intentó mutilarse los genitales. El psiquiatra diagnosticó un desorden de identidad sexual y a los ocho años comenzó el cambio de sexo.
Según sus madres, en el momento en que Tammy pudo elegir su ropa, femenina, su carácter cambió y dejó de ser un chico apesadumbrado que no quería relacionarse a ser una niña feliz y sociable. Sus madres no aceptaron fácilmente el diagnóstico pero tenían mucho miedo a las estadísticas que dicen que el 50 por ciento de los jóvenes transexuales intentan suicidarse al menos una vez antes de los 20 años. Aseguran que el hecho de ser lesbianas no les prepara para tratar con una niña con el sexo cambiado. Se sienten afortunadas por el apoyo que reciben de sus familias, colegio, amistades e incluso de su comunidad religiosa.
A los once años, Tammy ha comenzado el tratamiento hormonal. Quieren evitar que viva la pubertad como chico, ya que eso afectaría a su físico y su desarrollo. Dicho tratamiento retrasará su pubertad, dándole tiempo a madurar antes de tomar la decisión de continuar o no con la transformación vía cirugía. En caso de que decida ser un niño, el tratamiento no habrá afectado en nada, ni a su desarrollo ni a su fertilidad. Si continúa manteniendo que es Tammy, le cambiarán las hormonas para que le permitan desarrollar atributos femeninos.
Lógicamente hay quien piensa que es muy pequeña para tomar una decisión así, aunque parece que sus madres tienen claro que aún debe madurar para hacerlo definitivo. Y como no, también hay quien considera que esto es consecuencia de tener dos mamás. Ellas defienden que, si bien querían una niña, adoptaron a Thomas, un niño al que nunca han condicionado para que quisiera cambiar.
Estaría muy bien hablar de esta noticia sin tener en cuenta la condición sexual de sus progenitores, pero es inevitable. Personalmente, el primer signo no me dice nada, mi niña de vez en cuando también quiere ser chico, sus razones son prácticas, es más fácil hacer pipi en los baños públicos. Lo que sí es definitivo es que el pequeño quisiera mutilarse. No se si se puede influir en un niño para hacer algo así, pero si se puede no tendría que ver con que sus madres sean lesbianas. Muchas heterosexuales desearían que sus hijos fueran del sexo contrario y no por eso suponemos que les presionan.
Vía | Telecinco
Más información | Daily Mail