Cerrada una escuela infantil, alegando falta de alumnos

Cerrada una escuela infantil, alegando falta de alumnos

Escrito por: Jaime Gomez    7 agosto 2012    2 minutos

La Xunta de Galicia ha decidido poner fin para el próximo curso una escuela infantil en la localidad de Catoira por falta de alumnos.

Lo que son las cosas. Cuando lo habitual es que las familias muestren su indignación por la falta de plazas en los centros infantiles, a primeros de este mes de Agosto nos hacíamos eco de la noticia que a un colegio en el Principado de Asturias le sobraban plazas. Y ahora, el extremo lo encontramos en Galicia.

La Escuela de Educación Infantil de Abalo, destinado a la educación para niños de 3 a 6 años y situado en la localidad de Catoira, no abrirá sus puertas el próximo curso debido a la falta de alumnos. La Xunta de Galicia ha aprobado una orden por la que este centro constará como suprimido, alegando que no cuenta siquiera con cinco niños escolarizados y no existe previsión de incorporación de más.

Pero esta sistemática de cierre de escuelas infantiles no es nueva en Galicia. También, para el próximo curso, verán cerradas sus puertas tres centros en Pontevedra, dos en Vigo, uno en Ourense, tres en Lugo y dos en A Coruña, además de algunas modificaciones en el tema de aulas y profesorado de la comunidad.

Todo ello, insisto, derivado de falta de alumnos para los diversos centros, lo cual supone un gasto demasiado costoso a la Xunta para poder afrontarlo en los tiempos actuales. Estas pueden ser algunas de las consecuencias de los recortes que se están produciendo en el sector educativo de nuestro país.

¿De verás no existe ninguna solución a este problema, salvo el cierre definitivo? ¿No es posible reconvertir los centros para adaptarlos a otro tipo de alumnos o intentar que vayan de poblaciones lo más colindantes posibles? Y si no son colindantes, ¿no se puede plantear algún programa para trasladar a los niños a estos centros? Quizás estas preguntas ya se hayan contestado y estén de más. O quizás, simplemente no se quieran hacer, dado que el objetivo está claro: reducción de gasto. Mala suerte, entonces, nos toca con los tiempos. Sobre todo, si afecta al futuro de la educación.

Vía | farodevigo.es

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