Cenar en familia: 5 conflictos frecuentes entre padres e hijos

Cenar en familia es una rutina familiar en hogares con niños y adolescentes. Un momento que adquiere una mayor relevancia en un tiempo en el que muchos alumnos comen cada día en el comedor escolar. En consecuencia, se traslada a la noche el encuentro cotidiano alrededor de la mesa entre padres e hijos. Sin embargo, ese momento tan especial no siempre transcurre en un ambiente relajado, sino que surgen conflictos frecuentes.

1. Enfados, tensiones y silencios incómodos

En ocasiones, las dificultades previas, aquellas que han producido algún tipo de discusión o enfado, se trasladan a la mesa. Especialmente, si se produce un efecto de acumulación constante en el que el peso de lo acumulado parece superar la capacidad de la mochila emocional. En ese caso, el enfado se traslada a la mesa y no solo a través de palabras. A veces, se hace visible por medio de silencios incómodos.

2. Niños o adolescentes que tardan en sentarse a la mesa

Llega la hora de la cena y, a pesar de que ya está todo listo y preparado para cenar, uno o más miembros de la familia no se sientan en los asientos correspondientes. Siguen pendientes de un entretenimiento o un asunto diferente, y hacen esperar al resto.

3. Cuando los deberes terminan demasiado tarde, la prisa llega a la mesa

En otras ocasiones, las dificultades en relación con la gestión de la rutina familiar y el cumplimiento de unos horarios, se enmarca en el ámbito de los deberes. Y es que, niños y adolescentes pueden posponer demasiado el momento de hacer las tareas escolares o el tiempo de estudio se prolonga hasta superar el plazo previsto. Cuando se repite esa circunstancia, la prisa llega a la cena. Y la prisa no es un buen ingrediente.

4. Cuando la tecnología se transforma en una distracción

Algunos de los conflictos que se desarrollan alrededor de la mesa durante las cenas familiares, tienen un componente de fondo: la tecnología. Y es que, cuando se integra en un contexto emocional y gastronómico, actúa como una distracción externa. Sin embargo, las pantallas y dispositivos están tan presentes en distintos escenarios que su uso en la mesa es un reflejo de ello.

5. Padres que pelean delante de sus hijos durante la cena

A pesar de que en la teoría, la mayoría de los padres saben que no es aconsejable discutir delante de los hijos de forma recurrente, cuando la comunicación y la convivencia se deterioran de forma notable, es posible que el clima negativo se traslade a la mesa.

Un momento que cuando se vive en estas circunstancias, resulta incómodo y desagradable para parejas que pasan por una etapa compleja. Y, en ocasiones, se desvía el foco de atención del propio conflicto y se descargan las frustraciones personales o las tensiones del trabajo con las personas equivocadas (los hijos).

En este momento del año, ya están más cerca las cenas y celebraciones navideñas que también plantan sus propios retos en la relación con la familia extensa. Pero la cena es un momento especial del día a día. Y la armonía del encuentro puede romperse por estas u otras causas habituales.

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