Características del modelo enactivo de aprendizaje

El proceso de aprendizaje adquiere matices diferentes en cada etapa vital. Los primeros meses de la existencia están marcados por la interacción con el entorno, la experimentación y el descubrimiento de nuevos estímulos. Se conoce como modelo enactivo según el punto de vista de Jerome Bruner, especialista en psicología cognitiva.

El experto considera que dicho modelo es aquel que se presenta primero y, por tanto, sirve de base para otros procesos que se producen con posterioridad. La acción y el movimiento son claves para que el niño forme una representación del entorno que le rodea. En definitiva, ocupa un papel activo y protagonista porque tiene un componente vivencial. La imitación también estimula el aprendizaje infantil. Es decir, se presenta como un espejo que muestra una experiencia posible.

La acción es el motor del aprendizaje

El ser humano aprende a través de la experiencia en todas las etapas de la vida. De hecho, es habitual completar la parte teórica con la práctica para integrar ambos planos en el cumplimiento de un mismo objetivo. A través de la práctica se descubren las claves de un proceso. Es decir, la experiencia aporta respuestas en torno a cómo avanzar en la dirección adecuada. El camino permite establecer una asociación entre los diferentes componentes que facilitan la llegada a la meta.

Aunque la experiencia práctica es importante en cualquier periodo, es especialmente representativa de los primeros meses de vida. Visualiza algunos de los logros más relevantes de este contexto temporal. Aquellos que amplían el nivel de autonomía del niño en su relación con el entorno. Pues bien, esas metas se asocian directamente con las acciones que han propiciado la consolidación del proceso.

Es importante que el entorno facilite la manipulación de los materiales

Es habitual que la zona de juegos en casa o el espacio de aprendizaje en la escuela infantil esté preparado para que el niño pueda interactuar con los recursos que tiene a su alcance con la máxima seguridad. María Montessori pone en valor la importancia del entorno preparado. Pues bien, la teoría que propone Jerome Bruner señala que la manipulación de objetos es clave en este periodo.

De este modo, el niño descubre nuevas sensaciones que forman parte de la representación de la realidad. La interacción con el entorno nace de una motivación interna, es la expresión de la curiosidad. La manipulación de un objeto no solo facilita la interacción con ese material. La suma de las diferentes experiencias es clave para que el niño pueda realizar comparaciones, identifique una información y diferencie otras alternativas. Jerome Bruner fue uno de los psicólogos y pedagogos más influyentes de la historia reciente. Y su legado aporta luz a un factor tan sorprendente como el conocimiento.

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