La cara de un bebé despierta la felicidad femenina
Contemplar el rostro de un bebé no sólo puede enternecer o despertar el instinto maternal, sino que producen efectos importantes en el centro de gratificación del cerebro femenino que desencadenan determinados sentimientos de felicidad en esa mujer.
Así lo ha puesto de manifiesto una investigación de la Universidad Wilhelm de Münster (Alemania), donde un grupo de científicos han estudiado e identificado la región del cerebro que se activa mediante el conjunto de rasgos propios de un rostro infantil.
En ese sentido, la principal conclusión pone sobre la mesa los fundamentos biológicos de la conducta asistencial que surge en las personas, más en concreto en las mujeres. De este modo, ofrecen una explicación neurofisiológica a los impulsos innatos que nos aparecen para cuidar, acariciar y tratar bien a todo aquello que se parezca a un bebé.
Para concluir así, los investigadores hicieron una serie de pruebas, junto con colegas de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), a mujeres que son madres con el objetivo de estudiar las reacciones que produce una cara compuesta por ojos grandes, cabeza esférica y frente alta. Lo hicieron manipulando diferentes fotos de bebés.
De este modo, la misma imagen del bebé se les presentó a las mamás con diferentes rasgos: ojos más o menos grandes, cabezas más o menos redondas… al tiempo que midieron la actividad cerebral.
Conforme se intensificaban los rasgos puramente infantiles, la actividad en el centro de gratificación de esas mujeres iba creciendo, aumentando al mismo tiempo un sentimiento de felicidad. Sin duda es un paso más para determinar firmemente dónde reside el secreto de la felicidad.
Aunque este estudio sólo se realizó en mujeres, los expertos presumen que en los hombres, estas imágenes desencadenarían procesos similares.
Vía | Sipse
Foto | Russia Blog