Canalización del tímpano, una solución a la otitis media

Canalización del tímpano, una solución a la otitis media

Escrito por: Sandra    9 octubre 2012    2 minutos

La pérdida de audición debido a la otitis media serosa puede solucionarse con la canalización del tímpano

La otitis media es una afección muy común en los niños más pequeños. Se trata de una inflamación de la mucosa que recubre el oído medio. Esto produce una supuración que queda acumulada produciendo dolor o trastornos de la audición. Los factores que pueden producirla son infecciones repetitivas y obstrucción en la trompa de Eustaquio.

Aunque es común pensar que las otitis tienen que presentar dolor e incluso en ocasiones supuración, puede darse el caso de que las otitis aparezcan sin dolor y que repercutan en la audición de los pequeños. Se trata de un problema serio ya que puede dificultar el aprendizaje del lenguaje si son muy pequeños o influir en el aprendizaje en el colegio.

Es recomendable acudir al especialista si se aprecia una pequeña pérdida de audición: el niño pone muy alto el volumen de la tele, se distrae en el colegio, no contesta cuando le llamamos…etc. El especialista, será el encargado de hacerle una audiometría si lo considera necesario para confirmar el diagnóstico. Si tras probar con tratamientos (normalmente antimucolíticos), el problema persiste, te aconsejarán la canalización de los tímpanos.

Esta operación consiste en hacer una pequeña incisión en la membrana timpánica e implantar un tubo de plástico para que la presión del líquido no dificulte la audición. En la misma operación drenarán los oidos retirando todos los líquidos causantes del problema es por ello que la mejoría será inmediata. Los niños saldrán de allí oyendo perfectamente.

Los implantes se caen en el periodo de seis a doce meses pero mientras los lleven no podrá entrarles agua en los oídos para evitar infecciones. Será conveniente utilizar tapones cuando vayamos a ducharlos. En cuanto a la operación se utiliza anestesia general por eso tendrán que permanecer en el hospital entre tres y cuatro horas después de ser operados para ver que reaccionan bien. Por lo demás y si no surge ninguna complicación, el niño podrá hacer su vida normal desde el primer día tras la intervención.

Vía | Tu otro médico

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