Cada bebé con su mapa genético bajo el brazo
Los bebés ya no vendrán con un pan debajo del brazo, sino con un mapa genético. Contaban en el telediario que los recién nacidos podrán conocer su mapa genético, lo que se traduce en prevención de posibles enfermedades hereditarias.
Esto se conseguiría con una simple extracción de sangre del talón del pequeño. Esa muestra es analizada según las variantes genéticas del bebé y como resultado se obtiene el riesgo del niño a sufrir alguna patología hereditaria.
Lo cierto es que es una gran noticia, sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Por un lado, no se podrá leer el genoma del recién nacido hasta dentro de unos 10 años y, además, la compañía que lo ha anunciado sigue sin confirmar al ciento por ciento la garantía de privacidad de los datos analizados. Todo un problema ético que ya ha dado mucho que hablar.
Cuando se empezó a hablar del genoma humano, las discusiones acerca de quién y cómo se debía manejar esa información se pusieron a la orden del día. Yo soy de las que piensa que es preciso que la privacidad y seguridad de esos datos se garantice al máximo antes de utilizarlos en el ámbito médico. Esa información es muy sensible a los abusos comerciales.
Lo que hace posible que Illumina, la mayor biotecnológica con sede en California, haya adelantado la noticia es que los costes de este proceso se están reduciendo drásticamente a medida que pasa el tiempo.
En 2001, conseguir un mapa genético costaba unos 3.100 millones de euros de ahora, mientras que en la actualidad la cifra ha bajado hasta los 114.700 euros. Una ganga para los que han tenido que deshacerse del jet a causa de la crisis.
No opina lo mismo el consejero delegado de la compañía quien dice que la mayoría de la gente querrá que se estudie su mapa genético ya que los eventuales beneficios son «mucho mayores» que los inconvenientes.
Vía | Informativos Telecinco
Página oficial | Illumina