Burnout parental: definición, síntomas y consejos de ayuda
El ámbito profesional y el personal son diferentes, sin embargo, existen experiencias que en distintas circunstancias pueden producirse en ambos escenarios. En el plano laboral, el síndrome del trabajador quemado afecta de forma directa a la motivación de empleados que tienen que hacer un sobreesfuerzo para ocuparse de las tareas.
Son profesionales que se sienten agotados hasta el punto de que comienzan la semana de este modo. Pues bien, en el ámbito personal, existe un concepto que también da voz al agotamiento que padres y madres pueden llegar a sentir: el burnout parental. El cansancio puede manifestarse en cualquier etapa, pero este agotamiento emocional tiene un mayor nivel de intensidad.
Qué es el burnout parental
El estrés, un concepto del que se habla mucho en la sociedad actual, no es negativo en sí mismo. Sin embargo, sí se convierte en limitante cuando es recurrente. De este modo, existen padres que caen en el efecto del agotamiento como consecuencia de un ritmo de vida que está marcado por este factor constante. Esta situación puede llegar a prolongarse en un momento en el que el adulto tiene dificultades objetivas para encontrar el espacio que necesita para descansar más tiempo.
Existen muchos factores que pueden producirse en este contexto. En ocasiones, padres y madres se encuentran en la búsqueda de su propia identidad, puesto que se sienten muy alejados de la realidad previa a esta etapa vital. En ocasiones, la persona echa de menos mantener otras conversaciones y desarrollar actividades que no estén directamente relacionadas con el rol de padre o madre.
Síntomas de agotamiento emocional en padres
Este agotamiento emocional en el ámbito familiar produce efectos que también se manifiestan en el plano profesional: dificultades para mantener la concentración, desmotivación ante los retos del nuevo día, tristeza y distanciamiento emocional. Este agotamiento también puede afectar al nivel de autoestima de quien juzga de forma negativa sus sentimientos.
Al sentimiento de responsabilidad que produce el cuidado del menor, y el deseo de tomar las mejores decisiones para propiciar su felicidad, pueden sumarse otros aspectos que aumenten el riesgo de agotamiento. Algunas personas sienten la presión por alcanzar una perfección imposible en este contexto. Ser un buen padre no es sinónimo de ser perfecto, ya que eso es imposible. Pero la persona sí puede tener creencias que alimentan esa expectativa.
La vida familiar tiene dificultades, sin embargo, cuando una persona se siente de este modo tiende a observar los pequeños obstáculos como si tuviesen una dimensión más relevante.
Consejos para superar el agotamiento emocional
En primer lugar, es muy importante que una persona se dé el permiso para sentirse de este modo. Es decir, es esencial reconocer el malestar psicológico. Mª Luisa Ferrerós ha publicado el libro Dame la mano. El subtítulo de la obra es el siguiente: Descubre cómo conectar con tus hijos para que crezcan seguros y felices. Esta obra ofrece una guía práctica para vivir esta experiencia vital. Además, el descanso es necesario en este contexto, así como la realización de actividades gratificantes.
También es importante pedir ayuda y no cargar con este peso emocional en soledad. Con frecuencia, verbalizar una preocupación, alivia de forma significativa ese malestar. Además, observa el vínculo con el bebé desde un punto de vista bidireccional. Valora todo lo que tú ofreces, pero también aquello que recibes. Si lo necesitas, busca ayuda psicológica.
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