Beneficios de la educación intercultural para niños y niñas
La educación en valores, aquella que tiene una perspectiva humanista, se integra en el estilo de educación familiar presente en muchos hogares. Pues bien, la transmisión de valores no solo puede nutrirse a través de los cuentos, el contacto con el arte o la comunicación afectiva con los niños. Los principios que promueven el respeto, el bien común y la amabilidad también se desvelan por medio del contacto inmediato con la realidad.
Una realidad que se amplía más allá de la rutina inmediata cuando adquiere una perspectiva intercultural. Es una educación que pone en valor la diversidad cultural por su aportación positiva al conjunto a la sociedad. Desde esta mirada, se superan prejuicios, estereotipos, ideas distorsionadas e interpretaciones equivocadas. Por este motivo, la educación intercultural es especialmente positiva para bebés y niños que, por la edad en la que se encuentran, todavía no han interiorizado creencias limitantes que pueden ocultar algún tipo de desconfianza.
Qué ventajas aporta la educación intercultural en la actualidad
La educación intercultural durante la infancia está muy integrada en el ámbito académico. De hecho, mejora la convivencia en el aula. Proporciona la visión necesaria para alimentar el encuentro más allá de las diferencias. Diferencias que, por otra parte, pueden descubrirse desde el respeto, la aceptación, la curiosidad o la admiración.
Los temas relacionados con las nuevas tecnologías ocupan de forma especial a padres y madres que quieren establecer límites positivos en relación con el uso de los diferentes dispositivos. Pero la realidad no solo tiene un componente tecnológico, sino también humano. Y en un contexto global, la educación intercultural durante la niñez adquiere una gran importancia a corto y largo plazo.
Recursos para potenciar la educación intercultural en la infancia
Pues bien, en un escenario intercultural como el aula de una escuela infantil, surgen relaciones significativas desde la comprensión y la aceptación de las diferencias. Pero, también, a partir de la identificación de numerosas coincidencias, similitudes y puntos de encuentro. Existen distintos recursos educativos que profundizan en torno a los objetivos relacionados con la interculturalidad como, por ejemplo, el arte, las canciones, el teatro, los juegos, los poemas o la literatura infantil. Y, también, el aprendizaje de otros idiomas o el descubrimiento de nuevas tradiciones que se enmarcan en diferentes fechas del calendario.
La educación intercultural promueve el bienestar emocional de niños y niñas. Por otra parte, favorece la integración social y el sentido de pertenencia a partir de la interacción, el intercambio de experiencias y la conexión. La educación que niños y niñas reciben en el ámbito escolar y en las familias influye en su desarrollo potencial como adultos libres, autónomos y conscientes de la realidad en la que viven.
Conviene puntualizar que la interculturalidad se diferencia de la multiculturalidad en una cuestión significativa. En este último caso, más allá de las diferencias entre cada grupo, surgen nuevas experiencias compartidas.
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