Bebidas excitantes o energéticas, ¿son para los niños?
En los últimos tiempos se ha puesto muy de moda un tipo de bebidas que, a juzgar por la publicidad, tiene múltiples beneficios para recuperar la energía o darnos un aporte extra de ánimo y resistencia corporal. En muchos casos las asocian con beneficios para el deporte o, incluso, para mantener la mente despierta, una serie de ventajas que no lo son tanto a tenor de los perjuicios que provoca en la salud.
Estas bebidas, mal llamadas energéticas y cuyo nombre real deberían ser excitantes, contienen altas dosis de cafeína, algunas de ellas llegan a tener un valor de tres cafés solos, con lo cual resultan nada recomendables para la población, mucho más si hablamos de niños. Sin embargo se consumen de forma descontrolada, no atendiendo a las graves consecuencias que provocan. Pero ¿sabes cuáles son?
Altas dosis de cafeína y azúcares
Además de la alta dosis de cafeína, este tipo de bebidas también contiene gran cantidad de azúcares, muchos de ellos son edulcorantes sintéticos. En general las presenta con un alto contenido en beneficios que llevan a la confusión, ya que las enriquecen con otras sustancias, a priori beneficiosas, como vitaminas, guaraná, ginseng o ginko biloba.
El mayor problema es que estas bebidas son tan actuales, y su consumo es tan generalizado y frecuente, que todavía no se ha podido valorar cual será el impacto en la salud a largo plazo. Estos niños que hoy consumen este tipo de bebidas, casi a diario, presentarán dentro de unos años unos problemas de salud que es imposible predecir. Pero si nos quedamos con el impacto que tiene en el momento actual, ya tenemos razones suficientes para evitar su ingesta.
Bebidas excitantes y sus problemas en los niños
Los problemas que suelen presentarse ante la ingesta de bebidas excitantes o energéticas, en los niños, son los siguientes:
- Problemas cardíacos. Una excesiva dosis de cafeína y sustancias excitantes provocan trastornos en el ritmo cardíaco: arrítmias, taquicardias, palpitaciones…
- Alteración en los nervios. También el sistema nervioso se ve afectado por lo que se ven abocados a problemas de insomnio, ansiedad, irritabilidad, psicosis, agresividad, baja autoestima… Todos estos problemas pueden desembocar en un bajo rendimiento escolar y una actitud antisocial.
- Trastornos en el sistema endocrino. Las altas dosis de azúcar los empujan a tener más riesgo de padecer obesidad, sobrepeso, diabetes y caries.
- Otros problemas. Aumento de los síntomas de asma, vómitos, hipertensión, dolor de pecho…
Es necesaria una regulación más severa por parte de la Administración
Según las estadísticas, el 18 por ciento de los niños menores de 10 años toman este tipo de bebidas de forma habitual, elevándose al 68 por ciento entre los de edades comprendidas entre los 10 y 18 años, una cifra mucho más elevada que la que presentan los adultos.
Según los expertos, el problema está en la precaria información que ofrece la industria alimentaria y la permisividad de la Administración al no poner límites de consumo en los menores. De hecho, este tipo de bebidas presentan una publicidad engañosa, muy atractiva para los niños y que, en algunas ocasiones, les ofrecen regalos o recompensas por su consumo.
Vía | Consumer
Fotos | Sin azúcar por favor, Colegio Británico y Youtube
Comentarios cerrados