Bebés terapéuticos de látex para ancianos

Bebés terapéuticos de látex para ancianos

Escrito por: Mónica M. Bernardo    1 junio 2010    2 minutos

Cada vez con más frecuencia se están empezando a introducir muñecos de látex en residencias de ancianos con fines terapéuticos. Son los conocidos como reborn (del inglés, volver a nacer). Son bebés de látex casi reales que pesan unos tres kilos, llevan pelo natural y tardan en fabricar cada uno de ellos aproximadamente un mes.

En España se pueden adquirir por entre 300 y 500 euros, aunque al otro lado del charco se cotizan por hasta 30.000 euros. Lo mejor de todo es que se les atribuyen propiedades terapéuticas. Y es que según los expertos, estos muñecos pueden ayudar a las personas mayores, a quienes viven solos o a las mujeres que no tienen hijos.

Lo cierto es que su valor terapéutico radica en que suelen transmitir tranquilidad y despertar determinados sentimientos que sólo pueden hacerlo los bebés. De este modo, cuando un anciano coge a uno de estos muñecos tiene la sensación de estar haciéndolo con un bebé de verdad y esa persona experimenta las sensaciones que se despiertan cuando se coge a un niño en brazos.

Pese a que no se conocen estudios que estén valorando más concretamente el valor terapéutico y los beneficios concretos que estos reborn producen en los ancianos, quienes trabajan con ellos aseguran que funcionan. En concreto, los resultados más visibles son la dulcificación del carácter de las personas mayores, aquellos que han sido padres o abuelos reviven bonitos momentos vividos, enternece y despierta sentimientos positivos.

Aspectos que, en ocasiones, son difíciles de lograr en personas de cierta edad, con enfermedades, seniles o, simplemente, aquellos que no pueden o no han tenido hijos, o incluso quienes han experimentado su pérdida. Son bebés que inspiran. Si una ecografía consigue despertar el instinto maternal y paternal, porqué una reproducción de un bebé no va a renacer corazones envejecidos.

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Foto | Nico_ en Flickr
Vídeo | Antena 3 Noticias

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un comentario

  1. monse dice:

    ta chido