Bebés que tardan en hablar, cuando debemos preocuparnos
Cada niño lleva su proceso y su forma de ver y aceptar el mundo que le rodea. El aprendizaje es un proceso personal que, de forma individual, se adapta a nuestra vida de una manera paulatina y siempre dependiendo de nuestras capacidades y, sobre todo, nuestro interés. Pero también resulta inevitable aquello de la comparación obsesiva, especialmente cuando somos madres por primera vez: «Ramón, que tiene su misma edad ya pronuncia su nombre con total claridad; o Jorge, con el que se lleva días, pide el agua y el pan de forma clara. Mi niño no dice ni «mú», ¿tendrá algún problema?», estas son algunas de las preocupaciones que rodean a los padres que ven que a sus niños les interesa poco aquello de expresarse verbalmente. Pero ¿cuándo debemos preocuparnos?
Según los expertos, y por aquello de tener una valoración más generalizada, la edad de 2 años es la ideal para entrar en preguntas más comprometidas. Si hasta entonces el pequeño no se ha animado a hablar, puede resultar más o menos normal, pero es a partir de este momento cuando tendremos que indagar en si existiera algún impedimento físico.
Pero ¿cuáles son los signos que nos pueden alertar y necesitar la ayuda de un especialista?. Si con dos años no habla o sólo dice un par de palabras (generalmente monosílabos); si a los tres años sus frases son muy cortas: «quiero pan», «me hago pis» o «nene pupa», y es incapaz de mantener una conversación en la que, por ejemplo, nos cuente lo que ha hecho en la guardería o el cuento que le ha contado la abuela.
Son muchos los estudios que nos explican que es beneficioso hablar a los niños de una forma natural, cercana y muy cotidiana. Explicarles las cosas sin diminutivos ni ñoñerías y, sobre todo hablarles mucho, sin limitar expresiones o frases, incluso aunque nos parezca que no puedan entendernos. Pero si, pese a ello persiste una reticencia a que nuestro pequeño se lance a la aventura del lenguaje, quizás tenga otros problemas, los más comunes son:
- De oído. Si a los doce meses tu pequeño no se asusta ante un ruido fuerte o cuando le llaman, quizás tenga algún problema en su oído. Esta suele ser la causa más frecuente para aquellos niños que tardan en hablar.
- Tartamudez. Por timidez, nervios o miedos, nuestro niño puede lanzarse a hablar repitiendo siempre sílabas que no acaban en completar una palabra. Si cuando quiere hablar hace gestos de mucho esfuerzo: guiña los ojos, aprieta las mandíbulas o hace fuerza con sus puños, quizás deberíamos consultarlo con un especialista.
- Articulación de sonidos. Los más habituales son la falta de pronunciación de la «r» o «s» y no suelen ser graves.Con algunos ejercicios se les va alrededor de los 5 o 6 años.
Vía | Ser Padres
Foto | Babymoon