Los bebés no deben usar la almohada para dormir hasta los dos años
Uno de los debates que, todavía, sigue levantando alguna que otra opinión contrariada, con respecto a la crianza de los hijos, es la de usar almohada a la hora de dormir. Si bien todavía siguen existiendo opiniones a favor de su uso, los expertos lo desaconsejan, prefiriendo que sea a partir de los dos años cuando la almohada forme parte del descanso de nuestro bebé.
El cuerpo del bebé es muy diferente al de un adulto, si te fijas, su cabeza no guarda proporción con su cuerpo, por lo tanto la almohada le obligaría a forzar la curvatura del cuello, pudiendo provocar alguna innecesaria lesión. Pero la razón más importante es por riesgo de asfixia. Si el bebé se mueve mientras duerme, puede quedar atrapado en la almohada impidiéndole respirar.
Según las últimas investigaciones, las almohadas pueden ser la causa de un buen número de muertes súbitas producidas en recién nacidos. Aunque esta tragedia sigue sin esclarecerse del todo, sí se ha comprobado que existen ciertos factores de riesgo que pueden abocar en ella, uno de estos factores nos llevaría al uso de la almohada.
La Asociación Española de Pediatría ha puesto los dos años como momento en el que ya podemos incorporar la almohada en su camita. Debemos tener en cuenta que ha de ser una almohada poco elevada y muy plana, además que no sea excesivamente blanda y que ocupe todo el ancho de la cama o cuna, así evitaremos que su cabeza, ante un movimiento, caiga en el hueco. El colchón también debe ser firme.
Sin embargo existen dos tipos de almohadas especiales que sólo pueden usarse en casos determinados. Una de ellas es una pequeña diseñada para evitar la plagiocefalia postural, es decir, la deformación de la cabeza del bebé por pasar mucho tiempo acostado en la misma postura. Otra sería la almohada antirreflujo, indicada para aquellos bebés que padecer reflujo gastroesofágico.
Vía | Consumer
Foto | Pixabay – Dagon
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